El asesinato y posterior descuartizamiento de un hombre en el barrio San José de la Cima, en Manrique, Medellín, que generó consternación entre la comunidad en la madrugada de este martes, tuvo un giro inesperado cuando hacia el mediodía un menor de 16 años se presentó a una estación de Policía y confesó el crimen.
El adolescente señaló que la víctima lo habría citado a una vivienda de dicha localidad, en donde intentó atacarlo, de acuerdo con el testimonio entregado a las autoridades. En el lugar se originó un forcejeo que terminó con la muerte del hombre.
Luego de ese suceso, precisó el menor, entró en pánico de ser descubierto y desmembró el cuerpo para tratar de ocultarlo en otro lugar. Una vez cometido estos hechos, salió de la vivienda.
Sin embargo, al momento de la huida se percató de que en el lugar había una cámara de seguridad, lo que le generó más temor y decidió entregarse a las autoridades. Por ahora, el adolescente se encuentra en custodia de las autoridades competentes a la espera de resolver su situación judicial.
Este asesinato se presenta un día después de la confirmación de la muerte de un agente de Estados Unidos, quien fue encontrado sin vida al interior de un exclusivo hotel del barrio Laureles. El Gobierno norteamericano se unió a las investigaciones para esclarecer los hechos.
El hallazgo del cadáver ocurrió el pasado viernes 31 de mayo, pero hasta este lunes 17 de junio las autoridades colombianas confirmaron la identidad de la víctima y las funciones a las que estaba dedicado en su país de origen.
Se trata de Jaime Eduardo Cisneros, un hombre de 54 años que fue hallado sin vida por los funcionarios de un establecimiento hotelero. Así lo reportó en su momento la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá:
“Informan que acaban de encontrar el cuerpo del huésped de la habitación 103. Al llegar el cuadrante, confirma que se trata de un ciudadano de nacionalidad estadounidense. Lo ubican tendido en el piso, semidesnudo”, se lee en el expediente.
Desde un comienzo, el caso fue calificado como una muerte por establecer, dado que los detectives no hallaron marcas violentas en su cuerpo que diera cuenta de un posible homicidio. Aunque hay pistas en el proceso.
El personal del hotel les dijo a los investigadores que, sobre la medianoche de ese viernes, la víctima ingresó a la habitación con una mujer, la cual salió a las cuatro de la madrugada. El hallazgo se dio a las siete de la noche del mismo día.