La aerolínea San Germán, la misma a la que pertenecía la avioneta PA -31, de matrícula HK 5121, que recordemos cayó sobre varias viviendas el pasado 21 de noviembre en el barrio Belén Rosales de Medellín, envió un comunicado para aclarar lo que dijo el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, a un medio de televisión local sobre las víctimas, en las que estuvo el gerente de esta empresa de transporte aéreo.
“En las declaraciones dadas por el alcalde Daniel Quintero para los medios, en este caso Telemedellín, hubo imprecisiones en la información y aclaramos que el señor Nicolás Jiménez no iba acompañado de su pareja sentimental”, manifestó la empresa.
Cabe recordar que, en la mañana del pasado 21 de noviembre, Julián Andrés Aladino y Sergio Guevara Delgado, tripulantes de la aeronave recibieron el visto bueno de la torre de control del aeropuerto Olaya Herrera de Medellín para volar hacia Chocó con seis pasajeros. En ese momento inició una tragedia que hoy lamenta el país: ocho personas murieron tras un accidente aéreo.
Antes de las diez llamaron a embarcar a las personas que compraron un tiquete en el Grupo San Germán Express con destino al municipio de Pizarro. En los asientos estaban Jorge Cantillo Martínez, Dubán Ovalle Quintero, Anthony Mosquera Blanquiceth, Pedro Pablo Serna, Melissa Pérez Cuadros y Nicolás Jiménez, este último gerente de la compañía aérea.
El gerente del Olaya Herrera, Jorge Hugo Duarte Guzmán, detalló que el control del tránsito aéreo encendió las alarmas a tiempo, a pesar de que la emergencia se reportó por fuera de las instalaciones de la terminal porque la avioneta ya estaba en movimiento. No obstante, los radares operaciones alcanzaron a llegar hasta el barrio Belén Rosales.
“Inmediatamente se informa a todo el sistema de emergencia del aeropuerto. Principalmente, a nuestro centro coordinador de operaciones aeroportuarias, que es algo parecido al 123 de una ciudad. En ese momento se despliega toda la atención de la emergencia y, como fue por fuera, nuestros bomberos aeronáuticos salieron a atender”, detalló el funcionario.
De inmediato se desplazaron 35 bomberos de la Alcaldía de Medellín y especialistas en aeronáutica para mitigar el fuego. Cuando arribaron a la zona, encontraron las llamas sobre siete viviendas que, tras el fuerte impacto, quedaron con destrucción total.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD) calificó como un milagro que en el hogar que recibió el estruendo mayor no hubiera ocupantes. Minutos antes, la propietaria salió a la calle a cumplir con unas diligencias.
La otra cara de la tragedia
Las autoridades de gestión del riesgo en Medellín recomendaron la evacuación temporal de cuatro viviendas, tras el accidente de la avioneta en el barrio Belén Rosales, donde 14 casas resultaron afectadas. En el transcurso de la mañana de este 22 de noviembre, un helicóptero realiza el retiro de las partes de la aeronave en una de las casas.
Por la trayectoria de la aeronave, cinco de las edificaciones presentaron daños leves y dos más daños severos. Por eso, luego de la visita de inspección por riesgo realizada por el equipo técnico del DAGRD, recomendaron la evacuación temporal de esas viviendas.
“Teniendo en cuenta el gran impacto de la aeronave sobre estas viviendas, una de las fases más importantes es la evaluación estructural por parte del equipo especializado del DAGRD, para que ellos puedan evaluar cómo quedó la estructura posterior a este impacto y así mismo determinar cuáles son las recomendaciones técnicas para estas familias”, expresó Laura Duarte, directora del DAGRD.
Agregó que, debido a que la aeronave iba cargada de mucho combustible ha sido difícil el rápido análisis e investigación por la Aeronáutica Civil. Además, el incendio de grandes proporciones provocó la emergencia.
“La Aerocivil nos ha pedido que seamos pacientes frente a este tema porque ellos quieren hacer una investigación exhaustiva, detallada y rigurosa, cumpliendo con todos los procedimientos a detalle, es por esto que le hemos dicho a la comunidad que sean pacientes y esperen, debido a que necesitamos investigaciones concluyentes”, agregó la directora Duarte.
Las dos edificaciones con daños severos fueron las que recibieron el impacto final de la aeronave, luego de su trayectoria. Producto del choque, fue necesario apuntalar la zona donde quedaron los cuerpos para realizar una extracción segura.
Avances en la investigación
Desde la Aeronáutica Civil, dejaron claro que los tripulantes habían anunciado a la torre de control sobre fallas en el motor segundos después del despegue, aún continúan con el retiro de estas piezas tras el voraz incendio que ocurrió en el momento que chocó la aeronave.
“Hay algunos elementos visibles del avión, están en mal estado pero podrán ser inspeccionados. Lo que estamos retirando son otros componentes, como controles de vuelo, algunos instrumentos para verificarlas”, explicó Miguel Camacho, director técnico de investigaciones de accidentes de la Aerocivil.
Además, la aeronave no tenía caja negra, ni registradores de vuelo. Así las cosas, el funcionario de la Aerocivil explicó que eso es un reto para los investigadores, por lo que deberán acudir a otras evidencias, con tal de llegar al resultado completo del estudio. Por ejemplo, van a hacer el retiro de las partes de forma muy cuidadosa para no generar un riesgo estructural en las viviendas afectadas. Reiteró que todas las comunicaciones con la torre de control se rescatarán.