Más de 500 personas del Movimiento Ríos Vivos, que hacen presencia a las afueras del edificio de EPM en Medellín y la Alcaldía, mostraron su descontento por los señalamientos del alcalde Daniel Quintero a uno de sus integrantes por tener, supuestamente, un peligroso fusil en las carpas donde duermen, hecho que habían quedado grabados en cámaras de seguridad.

El colectivo le solicitó al alcalde que se retractara, debido a que esas declaraciones ponen en riesgo la integridad de varios campesinos que aparecen en el video, difundido en plataformas digitales.

“Le exigimos al señor Quintero respeto a las comunidades con ese montaje que hizo a nuestros compañeros. En el territorio donde nosotros vivimos hace presencia varios grupos armados, entonces usted se puede imaginar donde a una persona del territorio la muestren afirmando que estaba armada con un fusil, imagínese el riesgo de esa persona de regresar al territorio”, explicó Óscar Mauricio Madrigal, vocero de Ríos Vivos.

Debido a las manifestaciones a las afueras de la Alcaldía por este hecho, el mandatario se retractó en su cuenta de Twitter, “con el ánimo de conciliar posiciones con el movimiento Ríos Vivos de la Senadora Zuleta quiero informar sobre este video que no me consta que se trate de un fusil. Ellos me han informado que se trata de un machete y yo les creo”.

Cabe recordar que el pasado 17 de noviembre se divulgó el video, en que en medio de dos pequeñas carpas para acampar estaban tres personas: el primero vestía camisa blanca, sombrero del mismo color, tenía un morral negro y un machete en el cinto; lo acompañaba una mujer con blusa roja, pantalón rosado y chaqueta blanca con puntos negros.

Pero la atención se posó sobre el tercer hombre, alto, de contextura gruesa, con gorra, camisa blanca, quien también tiene un machete. Lo más sorprendente, busca algo en su carpa y al asomar el cuerpo se le ve una botella de agua en una mano y en la otra el supuesto fusil que guardaba en un costal.

En ese preciso momento, este medio habló con Francisco Fernando Posada, guardián del río Cauca, y vocero de Ríos Vivos, sobre la posibilidad de que haya infiltraciones de ilegales que expliquen la presencia de este armamento, con vehemencia respondió “que respeten al movimiento. Eso es falso”.

Al ser preguntado por la presencia de armas, como se documenta en el video, Posada respondió que “No señor, las armas de los campesinos siempre han sido un machete que se usa para trabajar y para cortar la leña, esas son las únicas herramientas que tenemos, que usted las quiera llamar armas, eso es otra cosa”.

Dijo que están cansados de los incumplimientos, que se financian con recursos propios y que es tan triste la situación que estamos pidiendo plata con alcaldías, “que son miserias, eso no va a ayudar a la comunidad que está ejerciendo el derecho a la manifestación”.

Por otro lado, aunque Empresas Públicas de Medellín ha insistido que no hay motivo de preocupación por la inauguración del proyecto a razón de que las condiciones de seguridad están dadas, en las comunidades hay temor por el manejo del caudal del río Cauca y las complicaciones que podría tener en cualquier momento.

Frente a este panorama, hay dos pedidos que llaman la atención. En primer lugar, se les exige a las entidades que están involucradas con el proyecto que les entreguen detalles de cómo está la obra y las complicaciones que tendría la infraestructura que cargará con la fuerza de ocho turbinas.

“Que la Alcaldía de Medellín, Empresas Públicas de Medellín y la Gobernación de Antioquia digan la verdad y no sigan mintiéndoles a las comunidades sobre las fallas que tiene el proyecto”, quedó registrado en uno de los apartados que fueron compartidos con las autoridades regionales para ser tramitadas.

También solicitaron una reparación colectiva para blindarlos de cualquier escenario que ponga en tela de juicio la integridad física de las poblaciones. Por ejemplo, una póliza de seguro por riesgos de avalancha, inundación, movimientos en masa, “nuevas pérdidas de los medios de vida y subsistencia de la población”.

Estas personas que están a las afueras de EPM desde hace siete días, procedentes de los municipios aguas abajo del proyecto Hidroituango llegaron a la ciudad con el fin de que les den respuesta sobre las afectaciones que han tenido con la construcción de la hidroeléctrica. Además, aseguran que con la pasada contingencia en 2018 del proyecto, EPM no les ha devuelto los puentes que se cayeron y las adecuaciones en infraestructura de este territorio. Piden que les reubiquen sus viviendas que corren peligro por la puesta en marcha de las primeras turbinas del proyecto en los próximos días.