Los hombres que comandó hasta octubre de 2021 alias Otoniel dieron la orden de asesinar sistemáticamente a los miembros de la fuerza pública que operan en los municipios de Antioquia, Chocó y Córdoba, zona donde concentran los negocios ilegales.

La cobarde estrategia delincuencial fue coordinada en todos los brazos armados de la organización por alias Chiquito Malo, quien heredó el puesto del jefe máximo, a razón de los operativos que ha adelantado el Ejército y la Policía en contra del grupo.

En los últimos cuatro meses, un par de cabezas visibles del Clan del Golfo fueron extraditadas hacia Estados Unidos y, constantemente, el Gobierno le ha frenado la producción y comercialización de cocaína que tenía como destino las calles de Europa y América.

Hasta mayo de este año, en las poblaciones de los tres departamentos del occidente de Colombia murieron violentamente 22 uniformados que estaban prestando el servicio cuando ocurrieron los hechos; otros 72 resultaron lesionados.

Las unidades de investigación de la Policía lograron establecer que el Clan del Golfo armó una estrategia de vigilancia para personalizar a sus víctimas y, sin mediar palabra, terminar con las vidas cuando los vean vulnerables.

Es decir, formaron a un grupo de personas -nombradas dentro de la organización como postes- para que dieran cuenta en tiempo real del paradero de la fuerza pública en los municipios donde tienen la capacidad de atacar. Por ejemplo, informan las rutas que toman cuando transitan por las carreteras: pasaron por el punto A y van hacia el punto B.

Recientemente, tres policías fueron víctimas de una acción terrorista cuando estaban de descanso en el Urabá antioqueño. Si bien no estaban portando el uniforme, figuraron previamente en la lista de víctimas. Uno de ellos recibió varios impactos de bala cuando estaba en el funeral de su madre.

“Pueblo pequeño, infierno grande. La gente sabía que la mamá había muerto y que su hijo, obviamente, iba a estar en el pueblo. Aprovecharon su estadía para atacarlo. Ellos [el Clan del Golfo] reciben esa información”, detalló una fuente de la institución en Antioquia.

El plan pistola es una herencia que dejaron los capos de Medellín cuando empezaron a ofrecer dinero por el homicidio de cada policía. En las calles de la ciudad circuló el ofrecimiento de Pablo Escobar que iba desde un millón de pesos por un agente y tres por un oficial.

Según el registro de las víctimas del narcotraficante, al menos 500 policías murieron violentamente en la ciudad entre 1989 y 1992. Esa técnica ilegal fue replicada por cada uno de los grupos armados organizados para hacerle contrapeso al Estado.

El comandante de la región seis de la Policía, brigadier general Gustavo Franco, detalló que la institución activó un plan especial de seguridad que promete mermar la ofensiva de retaliación que asumió el Clan del Golfo en los pueblos de Antioquia, Chocó y Córdoba.

“Llegaron a esta zona del país los comandos LOBOS, el grupo de operaciones especiales contra el crimen organizado más especializado de Colombia, encargados de adelantar operaciones de asalto contra los cabecillas y acciones focalizadas contra los denominados puntos o postes”, afirmó el comandante en conversación con SEMANA.

Frente al avance en las investigaciones de los homicidios que se cometieron en el primer semestre de 2022 contra los uniformados, resaltó que acumulan varias capturas de presuntos responsables.

En los procesos penales aparecen los supuestos autores materiales de las muertes de los patrulleros Andry Merlano y Fabio Enrique Martínez, ultimados con arma de fuego en las zonas urbanas de Santa Fe de Antioquia y Turbo. En ambos casos, los procesados estarían vinculados a las subestructuras de sicariato del Clan del Golfo.

“Aquí es importante señalar que, cada caso de policía lesionado o asesinado por estos criminales se constituye en un caso de honor para nosotros, por eso quienes se han atrevido a vulnerar la integridad o afectar la vida de un policía, han sido capturados y puestos a disposición de las autoridades, así se los hemos demostrado y así seguirá siendo”, concluyó el brigadier general Gustavo Franco.