En lo que va corrido de este año, al menos siete extranjeros no migrantes han muerto en el Valle de Aburrá. El caso más reciente se registró el pasado lunes, 12 de febrero, en la capital antioqueña. Ese día, sobre las 9:30 de la noche, un ciudadano canadiense ingresó a las instalaciones de la unidad intermedia de Belén con un fuerte golpe en la cabeza. El hombre tuvo que ser remitido al hospital general de Medellín, pero desafortunadamente llegó sin signos vitales.
La víctima fue identificada como Salo Lloyd de 60 años. El reporte emitido por las autoridades da cuenta que uniformados de la Policía realizaban labores de patrullaje por un sector de la comuna 16 cuando encontraron el cuerpo del extranjero tendido en el suelo.
SEMANA conoció que el canadiense, al parecer, se encontraba bajo los efectos del alcohol y habría sufrido una caída que le provocó una lesión fatal en la región occipital. No obstante, la muerte de Salo Lloyd sigue siendo materia de investigación para determinar con exactitud si fue producto de una caída involuntaria o si se trata de algún hecho delictivo.
Ese caso se suma a otros seis reportes de extranjeros que han muerto en el Valle de Aburrá como el holandés Kenneth Jules de Fares, de 57 años, quien apareció sin vida de un reconocido hotel del barrio El Poblado, de Medellín.
La empleada de servicios generales del establecimiento ingresó al cuarto y se llevó una aterradora impresión: el sujeto estaba tendido boca arriba y no respondió a sus llamados. Tras la escena, la administración del lugar pidió el apoyo de organismos de socorro. Si bien los enfermeros llegaron al sitio, aseguraron que el cuerpo se encontraba sin signos vitales y no certificaron las causas del fallecimiento.
Las autoridades también están investigando el fallecimiento de un hombre de 40 años, quien perdió la vida tras ingerir un producto de estimulación sexual minutos antes de encontrarse con una mujer en la ciudad de Medellín.
La emergencia se reportó al interior de una habitación de un reconocido hotel del barrio Naranjal, según el reporte suministrado por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
La víctima respondía el nombre de Hugo Hernán Acosta, oriundo de la capital del país, que llegó a principios de febrero a la subregión para reencontrarse con su expareja sentimental.
En el expediente se detalla que él arribó al establecimiento comercial en compañía de una dama, pidieron un servicio y los empleados les asignaron una habitación compartida.
Testigos informaron que el hombre ingirió “unos productos eróticos, toda vez que se disponía a tener relaciones sexuales”. De inmediato, sufrió un desmayo y quedó sin signos vitales.
Su cuerpo fue recogido por agentes de la Policía Nacional, quienes no evidenciaron marcas violentas y calificaron la muerte por establecer, tarea que asumió el Instituto Nacional de Medicina Legal de Medellín.