El deceso de Javier Eduardo González Pertuz, que era uno de los sacerdotes más queridos del barrio Córdoba (Medellín), continúa siendo un misterio después de que fue encontrado sin vida el fin de semana pasado dentro de un reconocido bar de la ciudad.
Igualmente, con el pasar de la horas, se han conocido nuevos detalles sobre este caso y las autoridades competentes revelaron que el cura ingresó al bar con otro hombre. Además, indicaron que la primera hipótesis que tenía era que la muerte del religioso se dio por un “coctel” de licor con escopolamina, sustancia que le habría suministrado la persona con la que estaba.
“Lo que se ha comentado es que fue una sobredosis de escopolamina. De un momento a otro, una persona extraña estaba con él, la persona sale y él queda solo. En ese momento, cuando el dueño del establecimiento ve que estaba en la mesa, lo sacan y llaman a la Policía. Ven que no tiene signos vitales”, manifestó en Noticias Caracol el sacerdote Daniel Muñoz Sierra, compañero de Javier Eduardo.
SEMANA, sin embargo, pudo conocer el primer informe que entregó el Instituto de Medicina Legal con respecto a las causas del deceso, el cual se produjo aparentemente por causas naturales.
Pese a la hipótesis del cóctel mortal, la entidad forense explicó en el reporte que no encontraron ninguna anomalía en las pruebas de sangre y orina que le realizaron al cuerpo. Asimismo, señaló que el cura habría sufrido un ataque cardíaco.
“Negativo para sustancias. La muerte fue consecuencia natural y directa en estudio”, dice inicialmente el dictamen de Medicina Legal, que no entregó más detalles sobre este misterioso caso.
El coronel José Miranda, subcomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, enfatizó que la hipótesis que manejan actualmente los investigadores es que se trataría de un presunto hurto, ya que el religioso no tenía sus pertenencias al momento en el que fue encontrado sin signos vitales.
“Dentro de las declaraciones del administrador, nos dice que el sacerdote llega al bar en compañía de otra persona. Ingresan, consumen algunas bebidas y el hombre que estaba con él se retira del lugar, aproximadamente, media hora después de que estuvo con él”, explicó el uniformado.
Luego, puntualizó: “Cuando van a hacer el cierre del establecimiento es que evidencian que González Pertuz estaba sobre la mesa. Tenemos una línea de tiempo, ingresan a la 1:00-1:30 a. m., la persona se fue sobre las 2:00 a. m. Dejando solo al sacerdote”.
El coronel Miranda aseguró que el hombre que ingresó a la discoteca con González Pertuz sería una persona de 35 a 40 años de edad. Finalmente, reiteró que también descartaron la teoría de que el cura fue al establecimiento para ver fútbol.
¿Quién era Javier Eduardo González?
El sacerdote tenía 39 años de edad y era oriundo del municipio de Planeta Rica, ubicado en el departamento de Córdoba. Además, se desempeñaba como formador en el Seminario Misionero San José de Medellín, comunidad religiosa que le envió un mensaje de condolencias a su familia y exaltó la labor que hizo con ellos.
“Hizo parte de la historia parroquial como seminarista, acólito y grupo juvenil. En ocasiones recibía sacramentos en este lugar. Un hombre alegre, sencillo y cercano. Oriundos de este barrio: nos unimos a su familia, en este momento pascual con la oración”, afirmó la Parroquia Santo Evangelio.
Yenny Espitia, prima de González Pertuz, también se pronunció con respecto a la muerte de su familiar y publicó un sentido mensaje en las redes sociales, describiéndolo como una gran persona.
“Parece mentira escuchar que ya no estarás más con nosotros, que ya no volveremos a escuchar tus consejos, que no habrá más de tus risas, de tus anécdotas, de tus oraciones, de ese amor tan grande que siempre tenías para darnos. Fuiste un excelente hijo, hermano, primo, nieto y sacerdote. No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy por todo lo que hiciste por nosotros”, concluyó.