La Dirección de Investigación Criminal de la Policía y la Fiscalía desenmascararon a una red de tráfico de migrantes que vendía supuestos trayectos de lujo por Colombia. Los clientes eran chinos que buscaban llegar a Estados Unidos.
El paquete VIP lo promocionaban a 3.000 dólares por cada persona, cerca de 12 millones de pesos, por un viaje terrestre que arrancaba en la ciudad ecuatoriana de Tulcán y terminaba en algún rincón de Nicaragua.
La idea era que las víctimas pasaran desapercibidas en el territorio nacional, por lo que las acercaban hasta los aeropuertos internacionales de Bogotá y Medellín para que tomaran un avión con destino a la isla de San Andrés.
Estando en ese punto del caribe colombiano, el grupo se encargaba de contratar lanchas directas hacia Nicaragua. Todos estos movimientos estaban incluidos en los 3.000 dólares que, por lo general, solo los asumían los asiáticos.
Según los reportes de Migración Colombia, entre enero y mayo de este año, 125 extranjeros fueron detectados en la isla en situación irregular, oriundos de Venezuela, Vietnam, Ecuador, India, Azerbaiyán, entre otros países.
Los saldos son trágicos. Entre 2022 y 2023, se han reportado cinco posibles naufragios donde desaparecieron 87 personas. Mientras que la Armada, en el mismo tiempo, pudo rescatar a 1.064 migrantes de múltiples nacionalidades.
Frente al hallazgo de la ruta VIP, la Fiscalía judicializó a ocho personas por los presuntos delitos de concierto para delinquir y tráfico de migrantes. Al parecer, los integrantes de esta banda se volvieron millonarios de cuenta del flagelo.
El título VIP se le acuñó porque ellos recibían tratos ‘especiales’ y no se enfrentarían a la complejidad de la naturaleza, como sí ocurre en el Tapón del Darién, donde hay caminatas por la extensa y compleja selva de hasta cinco días.
En el catálogo de servicios también se identificó una ruta más económica pensada para ciudadanos provenientes de Cuba, Haití, Somalia, Nigeria, Angola, Pakistán, India y Bangladesh, que compartían el sueño de llegar a Estados Unidos.
“Ingresan al país por la frontera con Ecuador. Una vez ingresaban a Colombia, eran transportados vía terrestre desde Ipiales, en Nariño, hasta llegar a Necoclí, Antioquia, para realizar el desplazamiento final hasta Panamá”, reportó la Policía.
Durante la investigación, los detectives establecieron que las víctimas eran movilizadas en buses de servicio público y en automotores particulares por largas horas, siguiendo al pie de la letra el siguiente plan de viaje:
“En la ruta que de Cali conduce a Cartago, pasando por La Virginia y Pereira, y luego por Medellín, hasta Necoclí, donde continuaban con su traslado vía fluvial a Acandí y Capurganá, en el departamento del Chocó”, agregó la institución.