Colombia volvió a vivir una semana de horror por cuenta de los grupos armados que negocian la ‘paz total’. Las comunidades desempolvaron las pesadillas más dolorosas del pasado: explotaron carrobombas, sembraron minas y acorralaron a inocentes.
Los hombres que están enfilados en el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc que comanda alias Iván Mordisco, ardidos por los operativos que adelantan las Fuerzas Militares en el Micay, se desquitaron con los habitantes del sur del país. Un vehículo repleto de explosivos estalló a 50 metros de la estación de la Policía en Timba, corregimiento de Buenos Aires (Cauca).
Paralelamente, causaron horror con artefactos improvisados en los municipios de Suárez y Santander de Quilichao, en la misma región.
Los niños de la Institución Educativa José María Córdoba de Jamundí se quedaron esperando a la profesora Estela Balanta este miércoles: mientras se desplazaba hacia el colegio en una motocicleta fue sorprendida por la onda explosiva que sacudió la tierra en Timba.
La Alcaldía de ese municipio declaró duelo y cerró las puertas de las escuelas como muestra de solidaridad. Esa decisión les salvó la vida a los menores que están matriculados en el corregimiento de Potrerito: otro carro detonó a escasos metros y causó graves daños.
“Es absurdo que los grupos armados hablen de hacer la paz y sus acciones son muestras de guerra. Desde hace varios meses, desde la Defensoría del Pueblo hemos insistido en la necesidad de contar con verdaderos gestos de paz”, dijo el defensor Carlos Camargo.
A varios kilómetros de allí, la misma organización criminal es señalada de activar un explosivo al paso de una patrulla de la Policía Nacional que reforzaba la seguridad en el departamento de Nariño. En medio de la emergencia, resultaron heridos cinco uniformados. Finalmente, las comunidades de Putumayo hallaron siete cadáveres de supuestos integrantes de las disidencias de las Farc: el Estado Mayor Central se habría enfrentado a sangre y fuego con la Segunda Marquetalia para apoderarse del control territorial.
Un grupo al margen de la ley, que todavía no ha sido identificado, atacó a los integrantes del Ejército Nacional que realizaban patrullajes en la zona rural del Huila. Mientras que en Antioquia hubo desplazamientos masivos por enfrentamientos de las disidencias y las AGC.
La Federación Nacional de Departamentos reprochó esta situación: “Los gobernadores de Colombia nos resistimos a aceptar que, como años atrás, los atentados a nuestra fuerza pública sean noticia diaria. Queremos rechazar y exigir una respuesta contundente”. En el mismo periodo, Indepaz confirmó la masacre de cuatro personas en el Meta y de tres más en Mocoa.
También el asesinato de Héctor Enrique Rodríguez, un reconocido líder afro y defensor. A las alteraciones de orden público también se suma la alerta de la vicefiscal Martha Janeth Mancera, quien anunció que sus funcionarios no se pueden desplazar libremente por el territorio para ejercer sus labores por la presencia de actores armados: “No hemos podido lograr ingresar nuevamente a los territorios para poder hacer los actos urgentes. Ustedes lo vieron cuando sucedió el caso de Tierralta. Fue hostigado el helicóptero donde iba la comisión de la Fiscalía”, anunció Mancera.
Con todo esto, el Gobierno le pidió a la fuerza pública redoblar la presencia en los territorios donde está alterado el orden público, mientras avanzan las negociaciones de paz con las organizaciones delincuenciales que protagonizan los actos violentos.