El valor de la gasolina corriente tiene nuevos dígitos a partir de este 1 de enero en todos los rincones de Colombia. El Gobierno nacional tomó la decisión de sumarle 400 pesos a cada galón para cubrir el déficit en el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles. En las calles de la capital de Antioquia hay malestar por los cambios.

Las estaciones de Medellín pasaron de cobrar $ 10.063 en diciembre de 2022 a $ 10.460 al inicio de este 2023. Mientras que el ACPM escaló $ 65, ubicándose en este período en $ 9.372. Este último es el centro de la polémica dado que los gremios de transportadores no esperaban el incremento, al citar que así lo habría prometido el Gobierno nacional.

Esta región del país ocupa el puesto número seis en la escalada de las tarifas, de acuerdo con las decisiones de la Comisión de Regulación de Energía y Gas. El precio más alto se encuentra en Villavicencio donde los usuarios deben cancelar $ 10.623 por cada galón, seguido de Cali ($ 10.559), Bogotá ($ 10.523), Manizales ($ 10.513) y Pereira ($ 10.502).

Mientras que el aceite combustible para motores, que no había tenido ajustes significativos en su precio durante el año pasado, es de $ 9.065 en el promedio nacional. El mayor precio está en Cali con $ 9.484, después Villavicencio ($ 9.457), Pereira ($ 9.429) y Manizales ($ 9.417). Los saldos más bajos se mantienen en las ciudades de Cúcuta y Pasto.

La Asociación de Transportadores de Carga criticó estas nuevas tarifas a razón que piensa que la regulación de los precios de los combustibles está minada por asuntos políticos y no estudios rigurosos que lleguen a mediar el efecto de los cambios, principalmente el ACPM que es el que más consumen los vehículos que están en este sector.

“Creemos con bastante certeza que terminamos el año con bastante incertidumbre alrededor de los precios de los insumos que necesita el transporte de carga del país para poderse mover. Con bastante escozor se recibe el tema del combustible porque cualquier situación se refleja inmediata en los bienes de consumo”, comentó la agremiación.

En consecuencia, sugirió hacer un cambio en la fórmula en la que se define el precio de los combustibles donde se establezcan las particularidades de Colombia y, en cambio, suelte el comportamiento que se tiene en el extranjero.

Y es que este panorama económico se sentirá en todos los bolsillos de los paisas dado que el costo de todas las operaciones logísticas incrementará a su paso. Las administraciones municipales, en coordinación con los gremios de los conductores de servicio público, optaron por subir el precio de las tarifas frente a las que estuvieron fijas en 2022.

Los traslados de base que hagan los taxis por las calles de Medellín tienen un alza de 500 pesos. Es decir, a partir de enero la carrera mínima cuesta 6.300 pesos. Mientras que el arranque del motor o el banderazo se ubicó en 4.300 pesos. Además, los conductores no podrán cobrar más de 28.000 pesos por cada hora que se contrate con un pasajero.

Otro de los servicios más recurrentes en la subregión fue modificado. El traslado de la ciudad hasta el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro tiene un costo de 98.000 pesos. En este valor está incluido el precio del peaje que también subió desde las cero horas de este 1 de enero, tal como lo definieron las concesiones viales.

Entre otras cosas, el distrito decidió con que los taxistas pueden cobrarles a los usuarios hasta 100 pesos por caída de cada 78 metros, mientras que la espera por 600 segundos subió 250 pesos. De acuerdo con las autoridades, esto será regulado por el taxímetro que esté debidamente certificado ante la Secretaría de Movilidad de la capital de Antioquia.