El alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, denunció que las personas que protestan contra Hidroituango en la capital de Antioquia se plantaron en los accesos del centro administrativo de la Alpujarra para bloquear el ingreso de los funcionarios del distrito en la mañana de este 21 de noviembre.
Los manifestantes, al parecer, son miembros de Ríos Vivos y, entre tanto, exigen la presencia del mandatario en una mesa de negociación para tramitar las diferencias y peticiones que tienen frente al proyecto de generación de energía que está próximo a la inauguración, según Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Los ciudadanos llegaron en la madrugada de este lunes, se ubicaron en fila india sobre los parqueadores y con pancartas cierran el paso en los pasillos del edificio central del distrito. Así quedó en evidencia en imágenes publicadas en las redes sociales por parte de los protestantes y contratistas de la Alcaldía.
Daniel Quintero Calle afirmó que está dispuesto a conversar con las personas que están en las calles desde la semana pasada, ellos se presentan como víctimas de la hidroeléctrica que promete aportarle al país el 17 % de la demanda de energía. Sin embargo, no está dispuesto a avalar las prácticas violentas.
“Yo ya he dicho que me voy a reunir con ellos. A ellos los trajeron en unos buses al territorio y están acá reclamando unos temas importantes. Yo me voy a reunir con ellos, pero les pido que no ejerzan la violencia contra nosotros porque no esta no es la administración de la violencia”, indicó el alcalde de Medellín.
Ahora bien, la Secretaría de Seguridad y Convivencia entregó un balance de tranquilidad de la temprana jornada de protesta. De momento, no se han presentado alteraciones de orden público que obliguen la intervención de la Policía Nacional. Al parecer, una conversación podría levantar los bloqueos prontamente.
Sin embargo, los integrantes de Ríos Vivos alertaron a través de sus redes sociales una supuesta violación al derecho legítimo a la protestante a razón de que un vigilante del centro administrativo de La Alpujarra habría atacado a una de las mujeres que salió a reprochar la gestión que se le ha hecho a Hidroituango.
“En este momento estoy muy indignada porque un vigilante de la Alcaldía le pegó a una compañera de nosotros en la cara, únicamente porque estaba manifestándose y estaba pitando. Nos oponemos rotundamente a esto, ¿dónde está los derechos humanos”, señaló Estella Posada, vocera del movimiento.
Los protestantes consideran que la hidroeléctrica solo les ha traído dolores de cabeza, pero lo siente con mayor frecuencia desde 2018, cuando se registró la contingencia y en las últimas semanas, donde se advierte sobre los riesgos que enfrentarían las poblaciones con el encendido de las generadoras.
Aunque Empresas Públicas de Medellín ha insistido que no hay motivo de preocupación por la inauguración del proyecto a razón de que las condiciones de seguridad están dadas, en las comunidades hay temor por el manejo del caudal del río Cauca y las complicaciones que podría tener en cualquier momento.
Frente a este panorama, hay dos pedidos que llaman la atención. En primer lugar, se les exige a las entidades que están involucradas con el proyecto que les entreguen detalles de cómo está la obra y las complicaciones que tendría la infraestructura que cargará con la fuerza de ocho turbinas.
“Que la Alcaldía de Medellín, Empresas Públicas de Medellín y la Gobernación de Antioquia digan la verdad y no sigan mintiéndoles a las comunidades sobre las fallas que tiene el proyecto”, quedó registrado en uno de los apartados que fueron compartidos con las autoridades regionales para ser tramitadas.
También solicitaron una reparación colectiva para blindarlos de cualquier escenario que ponga en tela de juicio la integridad física de las poblaciones. Por ejemplo, una póliza de seguro por riesgos de avalancha, inundación, movimientos en masa, “nuevas pérdidas de los medios de vida y subsistencia de la población”.