Las autoridades continúan investigando la muerte de un ciudadano panameño, que fue asesinado en plena noche de velitas mientras estaba en su casa, ubicada en el municipio de Santa Bárbara, al suroeste de Antioquia.
De acuerdo con información preliminar, el empresario Juan Carlos Sibauste Aguilella organizó una reunión en su casa en la que participaron varios invitados. Pero, finalmente, quedaron unas cuentas personas, quienes, presuntamente, habrían perpetrado el homicidio.
Aunque aún se desconocen las causas que motivaron el asesinato, sobre la mesa hay algunas hipótesis. La primera está relacionada con un intento de hurto, pues los agresores se habrían llevado una moto de alta gama y electrodomésticos. Otra versión apunta a posibles nexos con el tráfico de estupefacientes.
Fuentes de la Policía le confirmaron a SEMANA que el crimen se registró en una lujosa casa, tipo hacienda, que contaba con dispositivos de seguridad.
Precisamente, para salir del inmueble, Juan Carlos Sibauste utilizaba sus huellas dactilares. Por esa razón, luego de cometer el asesinato, los criminales habrían amputado los dedos de la víctima para darse a la huida.
Según trascendió, Sibauste Aguilella se encontraba en Colombia porque pretendía inaugurar un hotel en la zona.
Inseguridad en Colombia
Bombas, masacres, extorsiones, secuestros, violaciones, amenazas, reclutamientos, robos, y paros armados aterraron a Colombia en 2023. Alcaldes y gobernadores alertan sobre un dramático deterioro en la seguridad mientras el Gobierno nacional busca la paz total.
Estadísticas de la Policía Nacional muestran que, en 2023, 308.361 ciudadanos han denunciado ser víctimas de los ladrones; en 2022, la cifra fue de 283.055. Se volvió común encontrarse en las calles con pistoleros que, a plena luz del día, se adueñan de lo ajeno.
Internet está inundado de escenas captadas por cámaras de seguridad en las que los sujetos armados ingresan a establecimientos comerciales, pasan de mesa en mesa recogiendo los objetos que les sirven y más tarde se escapan sin dejar rastro de su paradero. Medellín, Cali, Bucaramanga, Cúcuta y Bogotá presentan el índice más alto de este delito.
Investigaciones adelantadas por la fuerza pública muestran que en el país hay un mercado de armas ilegales que no se ha podido controlar. El material bélico se estaría despachando desde Europa, Norteamérica y Asia por medios marítimos y terrestres.
La Fiscalía respondió a SEMANA que, en el caso particular del Magdalena, las organizaciones delincuenciales estarían canjeando cocaína por armas de fuego. Aunque las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, las disidencias de las Farc y el ELN tendrían una oferta de largo aliento con aliados internacionales.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, denunció que los grupos armados están ganando terreno y cometiendo múltiples delitos mientras negocian la paz con el presidente Gustavo Petro. En este departamento hay una guerra de todos contra todos: ELN, Farc y el Clan del Golfo; y en la mitad está la población civil.
Él se alegró con la salida de Danilo Rueda del Gobierno porque nunca lo escuchó: “Rueda era un hombre sin interlocución con los actores territoriales. Nunca conversamos, mientras sí lo hacía a diestra y siniestra con los armados”. Si bien es optimista con la llegada de Otty Patiño, cree que el proceso de negociación está destinado al fracaso.
A su juicio, la transición que plantea Petro estaría mal diseñada desde el nombre, dado que la paz total sería un paraguas que cobijaría a actores con diferencias; el cese al fuego, sin exigencias, solo sería una oportunidad para que los ilegales acumulen más poder.