La administración municipal de Bello aseguró que, después de un proceso de investigación que se extendió durante siete años con la bendición de la Organización Mundial de la Salud, en la población se controló el dengue. La infección intensional del mosquito que produce la enfermedad dio resultados favorables en el norte del Valle de Aburrá.

La batalla por eliminar el dengue empezó en 2015 cuando la Alcaldía logró un acuerdo con el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia. En el mes de mayo de ese año se tomó la decisión de liberar los moscos con la bacteria natural denomina wolbachia para tratar de contener la propagación.

De acuerdo con las autoridades sanitarias, este virus es una de las diez principales amenazas para el ser humano y cada año se diagnostican en el mundo hasta 400 millones de casos. Los síntomas de alarma son la fiebre, malestar general, dolor de cabeza, dolor al interior de los ojos, dolor de músculos y huesos, brotes o erupciones en la piel.

Ahora bien, con el visto bueno de las comunidades, el barrio París se inundó de los insectos que fueron criados en un laboratorio con el fin de que se aparearan con los mosquitos locales y le pasaran la bacteria a su descendencia para erradicarlos. De acuerdo con el grupo de investigadores, la hipótesis empezó a caminar favorablemente.

“La wolbachia es una bacteria natural que está presente dentro del 60 por ciento de especies de insectos, y solo los afecta a ellos, no a ningún animal de sangre caliente ni al ser humano. Pero no está en la especie de mosquito responsable de transmitir el dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla”, afirmó la unidad científica.

Tras obtener notables resultados, se hizo la segunda fase del proyecto con el aval de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud. Así las cosas, en Bello fueron liberados entre dos y tres mosquitos por vivienda cada semana en tres comunas: Acevedo, Madera y Santa Ana.

En el primer período ya había datos reveladores: el municipio registró en 2016 cerca de 17 mil registros de dengue y en 2021 la cifra se redujo a 21 casos. El director del Word Mosquito Program, Iván Darío Vélez Bernal, calificó que estos números muestran una reducción considerable gracias a la liberación de estos mosquitos en toda la ciudad.

“Bello puede decir que el problema del dengue está controlado y que con esto mejora las condiciones de vida de sus habitantes, hecho que contribuye al desarrollo de la ciencia y de la innovación en el ámbito de la salud y beneficia a las personas que habitan ciudades ubicadas por debajo de los 1.800 metros sobre el nivel del mar en cualquiera de los cinco continentes”, fue la principal conclusión del estudio.

Sin embargo, este alcance no puede llevar a los habitantes del municipio a bajar la guardia para mitigar la proliferación de los criaderos de mosquitos. Principalmente, evitar aguas recogidas, abandonar llantas donde se puedan acumular, fijar canales de agua lluvia sin obstrucciones y floreros o recipientes con matas de agua.

Paralelamente, la Universidad de Antioquia dio un paso trascendental para investigar al virus que genera la viruela del mono, enfermedad que tiene en alerta a las autoridades sanitarias por su propagación masiva. Los investigadores lograron aislar al agente infeccioso viral con el fin de establecer los niveles de reproducción y las respuestas que tendría con una vacuna.

Tras el aislamiento, el grupo de investigadores lo cultivará para lograr varios objetivos en el camino. En primer lugar, se propusieron obtener información directa sobre la capacidad que tiene el virus de replicarse y cómo se adapta al ecosistema humano, tareas que ya avanzan en otras partes del mundo.

De igual manera, otras de las pretensiones es evaluar los componentes que hay disponibles en la ciencia para inactivarlo o inhibirlo. En la lista de posibilidades están las respuestas inmunes que daría frente a una infección intencional o la aplicación de un biológico.