Tras 31 días de búsqueda, las autoridades no han dado con el paradero de Andrés Camilo Peláez Yepes, ingeniero forestal que fue visto por última vez en la madrugada del pasado lunes (4 de abril), en el municipio de San Andrés de Cuerquía, norte de Antioquia.
Los investigadores tienen dos pistas sobre la mesa: un registro de la cámara de seguridad del hotel donde se hospedaba que da cuenta de su salida y el testimonio de un uniformado de la Policía que lo vio caminar por el parque principal de esa localidad.
Al parecer, el ingeniero estaba departiendo con otras dos personas –que ya fueron interrogadas– en un establecimiento comercial minutos antes de perder comunicación con los suyos.
Además, en ese municipio, según los estudios de inteligencia de la Policía Nacional, delinque el grupo ilegal Los Pachelly, por lo que una de las hipótesis relacionaría un posible reclutamiento.
Sin embargo, la información recolectada no ha sido suficiente para esclarecer el lugar de permanencia de Andrés Camilo, quien estaba en la zona cumpliendo un contrato en el megaproyecto de Hidroituango, a través de la firma WSP, que es la encargada de ejecutar la interventoría del componente ambiental de la generadora de energía.
La familia
Natali Caro, pareja del ingeniero, aseguró que varias personas sabrían lo que pasó con Andrés Camilo, pero no tendrían la intención de hablar. “Es un pueblo demasiado pequeño, cualquier mínima cosa se debería saber y hasta ahora no se sabe qué pasó luego de las 3 a. m., cuando lo registra la última cámara”, señaló la mujer.
En efecto, pidió que se aceleren las indagaciones y que más mecanismos de búsqueda se unan al proceso, en el que ya participan los organismos de socorro y el personal judicial.
Los llamados
Por la extraña desaparición del ingeniero forestal, varias organizaciones y sindicatos alzaron su voz para expresar solidaridad con la familia y motivar la búsqueda.
En nombre de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, sede Medellín, Guillermo Vásquez Velásquez, su decano, comentó: “Esperamos recibir muy prontamente la noticia feliz de su encuentro en condiciones sanas y de plena libertad, gracias a la colaboración de todas aquellas personas que puedan contribuir para su efectiva localización”.
Lo mismo hizo la Sociedad Antioqueña de Ingenieros (SAI): “Nos unimos como agremiación, como colegas y amigos, deseando desde lo más profundo de nuestros corazones que pueda retornar lo antes posible y en perfectas condiciones a sus actividades cotidianas”.
“Mi presentimiento es que está retenido”, mamá de Andrés Camilo Peláez
Las noches para Claudia Yepes Upegui, mamá de Andrés Camilo Peláez Yepes, son de total dolor e incertidumbre. Hace 31 días un pedazo de su alma se perdió con el joven de 26 años que, como ella describe, amaba la naturaleza, los animales, los bosques y tenía tanta inocencia que siempre confiaba demasiado en la gente.
Andrés mide 1,73, tiene el cabello negro, corto y liso. Tenía una gorra marca Hurley, camisa negra que dice Yellowstone, pantalón gris y tenis verdes oscuros.
Las búsquedas oficiales y lideradas por sus seres queridos no paran. Con la tristeza que la invade, Claudia habló con SEMANA TV.
SEMANA: ¿Cuándo fue la última vez que vio o habló con Andrés Camilo y qué sabe de su desaparición?
Claudia Yepes Upegui (C. Y.): “Mi hijo Andrés es ingeniero forestal de la Universidad Nacional y estaba con una empresa llamada WSP, contratista de EPM en unas interventorías para la compensación reforestal. El domingo 3 de abril tuvo una reunión en una vereda llamada Pasquitá. Lo recogió el transporte, fue al hotel, salió a almorzar, hablamos por teléfono en la noche, salió a las 9 de la noche del hotel y no volvimos a saber de él. Las autoridades han investigado, han hecho barridos en los sectores donde pudo estar y nada”.
SEMANA: ¿Esa salida de las nueve de la noche era personal, laboral a qué se debió?
C. Y.: “Ya estaba descansando y me dijo que tenía mucha hambre e iba a comer algo. Al día siguiente lo recogía el transporte para otra reunión cercana a San Andrés de Cuerquía”.
SEMANA: ¿Y qué pasa después, cómo se entera de la desaparición de su hijo?
C. Y.: “Según versiones del transporte, llegó al hotel, preguntó por él y no estaba. De hecho, la señora del hotel estaba preocupada porque era la tercera vez que él iba a ese hotel y ella lo conocía. Le parecía raro porque era un muchacho juicioso. El del transporte anunció a la empresa que Andrés Camilo no llegó al hotel y ya la empresa desde la parte de la seguridad investigaron, se comunicaron con una prima y ella me notificó y empezó mi traumático drama e incertidumbre”.
SEMANA: ¿Qué ha hecho para encontrar a su hijo?
C. Y.: “Inicialmente se notificó a las autoridades, la alcaldesa de San Andrés de Cuerquía, Policía y Gaula. Ellos hicieron todas las investigaciones y hasta con los bomberos. El papá ha estado recorriendo y buscando junto a los compañeros de la universidad. Las cámaras son pocas en ese pueblo. Hay una que indica que lo ven bajar por un sector y luego vuelve y sube y ya no hay más indicios. Estamos a la espera”.
SEMANA: ¿Qué le dicen de la empresa donde trabaja?
C. Y.: “WSP al inicio estuvo muy comprometida, han pasado información. Hemos estado al tanto de lo que nos dice. Nosotros facilitamos evidencia y todo lo que dé claridad. No hay nada concreto ni hipótesis alguna”.
SEMANA: ¿Cómo le han parecido las investigaciones hasta el momento?
C. Y.: “Las autoridades han hecho un gran trabajo. Sé que el proceso no es fácil. Encuentran algunos obstáculos, por ejemplo para obtener las últimas llamadas o mensajes. Hemos tenido apoyo de Ejército, Sijín, Gaula, Cruz Roja Internacional, policías y demás, pero solicito que no paren la búsqueda. Tiene que haber algo o alguien. Ese pueblo es hermético y eso da más desconcierto”.
SEMANA: ¿Había recibido alguna amenaza antes?
C. Y.: “En absoluto. No tuvo llamadas intimidantes, no. Siempre ha sido entregado a la gente, con un carisma hermoso, conversador. De hecho, trabajaba con las comunidades y juntas de acción comunal. La gente me escribe que oran por él. Él no se merece una retención, secuestro o muerte. Con sacrificio sacó su carrera adelante. Ama la naturaleza y por eso trabajaba en estas interventorías en Hidroituango”.
SEMANA: ¿San Andrés de Cuerquía cómo es en seguridad?
C. Y.: “Inicialmente quise viajar a San Andrés de Cuerquía porque como madre quise buscar, pero desde el principio me dijeron que tenía problemas de disidencias de Farc o ELN, de Los Pachely y era mejor ser muy prudentes. El papá sí ha ido, pero el tema es como delicado, el ambiente es tenso y delicado. Se le acercan y preguntan qué hacen ahí. Un hermetismo total. Alguien tiene que saber algo, alguien debió ver algo, pero no tenemos nada”.
SEMANA: Además de la velatón, ¿qué más han hecho para que la búsqueda no cese?
C. Y.: “Muchas entidades nos han ayudado. Hicimos velatón en la universidad, en el edificio inteligente, en Jericó, pidiéndole a Dios para que nos ilumine o a quien tenga información y nos la dé. Queremos que vuelva porque no se merece nada malo. Es un ser humano amoroso y hasta ingenuo, yo le decía incluso que no todo mundo era bueno”.
SEMANA: ¿Cuéntenos cómo lo está viviendo usted?
C. Y.: “El 3 de abril fue cuando escuché su voz y sonrisa. Tenía muchos proyectos, pensaba en maestría o irse a estudiar inglés. Espero que nos lo devuelvan para que los cumpla. Cada que suena el teléfono o un mensaje es una incertidumbre. Como llueve todos los días pienso en que siente frío, si comió o no. Me llama gente espiritual que nos quiere ayudar, pero si tuviéramos alguna pista. No voy a descansar hasta encontrarlo. Nosotros éramos muy felices, esto nos tiene marcados, tristes. Con la ayuda de Dios volveremos a ser la familia que somos. No sé qué ser tan malo en la tierra lo pueda coger o llevárselo y no tener la valentía de informarme. Le pido al Espíritu Santo que ilumine a quien lo tiene”.
SEMANA: ¿Usted tiene el presentimiento entonces de un secuestro?
C. Y.: “Ese es mi presentimiento, que él está retenido, él es forestal. Si lo tiene un grupo al margen de la ley que se pronuncie; si es un secuestro extorsivo, también que digan. Me han llamado a pedirme plata y juegan con el dolor de una madre cuando no lo tienen”.
SEMANA: ¿Ofrecen recompensa y cuál es el mensaje a su hijo, el que posiblemente lo tenga y las autoridades?
C. Y.: “Por el momento no, hasta que no se pronuncien. Lo estoy esperando y que se comuniquen al 123 o al número de la estación de San Andrés de Cuerquía. A mi hijo le digo que sé que tiene la fuerza y los ánimos. Le pido que sea muy fuerte. A las autoridades, que no paren la búsqueda y si alguien quiere darnos información, se lo suplico, se lo ruego que nos la hagan llegar”.