El aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro estuvo cerrado desde las 4:30 a. m. hasta las 7:35 a. m. de este martes 28 de noviembre.

Airplan, administrador de la terminal, informó que las operaciones fueron frenadas por cuenta de las condiciones meteorológicas adversas: “Un banco de niebla sobre la estación”.

En efecto, 31 itinerarios se vieron afectados: cuatro se cancelaron, veinticuatro tuvieron demoras y tres más fueron desviados.

La falta de personal está a punto de desatar una caótica turbulencia en la operación aérea del país: hay un déficit de 400 controladores

“Para esta época del año, se van a presentar muchísimas demoras en el tráfico aéreo del país si no aumentamos la planta de controladores ni mejoramos la infraestructura aeronáutica. La situación para los viajeros va a ser bastante complicada. Así las cosas, o reducimos la amplia operación aérea, o las reprogramaciones y cancelaciones se van a seguir presentando”.

Esa es la tajante advertencia de Irina Lara, presidenta de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Controladores de Tránsito Aéreo (Acdecta), quien alerta sobre la caótica situación que se puede presentar para este fin de año.

Lo que sucedió esta semana en el aeropuerto internacional El Dorado en Bogotá puede ser un anticipo de lo que Acdecta prevé para lo que resta de 2023. El miércoles 22 de noviembre, en la mañana, la Aeronáutica Civil reportó la reducción de la visibilidad por bancos de niebla y neblina en los alrededores del aeropuerto, lo que “podría afectar algunas operaciones aéreas”.

Finalmente, el perjuicio fue de grandes proporciones. Avianca informó que se presentaron demoras en 400 vuelos, lo que afectó a 64.000 pasajeros. Asimismo, se tuvieron que cancelar 66 vuelos, mortificando a 9.400 pasajeros, sin contar los retrasos en las otras aerolíneas y demás aeropuertos.

De acuerdo con la Aerocivil, el problema se debió únicamente “a las condiciones generales de mal tiempo, hoy más severos por el cambio climático”. Sin embargo, para Acdecta, más allá del clima, las demoras, reprogramaciones y cancelaciones de vuelos también obedecen a la falta de controladores y a las fallas en la infraestructura aeronáutica.

Lara entregó en SEMANA una radiografía de la crítica realidad. “Este es un problema que viene ya de muchos años y siempre ha sido el mismo, la falta de controladores”, afirmó.

Imagen de referencia del aeropuerto El Dorado de Bogotá.

Según la directiva, desde 2016, por medio de la Resolución 3763, la Aerocivil estableció la cantidad de cargos que tenía que haber a nivel nacional en las posiciones de control. “Esto dio como resultante 934 cargos, pero estos no necesariamente son 934 controladores, tiene que haber mucho más”, dijo Lara.

Sin embargo, a la fecha tan solo hay contratados en el país 704 controladores aéreos, y en las próximas semanas ingresarían otros 40. Para finales de 2024, la planta total autorizada será de 799, un número aún inferior a lo que se estableció en 2016.

“Estamos hablando apenas de 799 controladores, cuando la resolución habla de 934 cargos. Si nos remitiéramos simplemente a cargos, estarían faltando 135, pero los cargos no son personas, porque estas obligaciones muchas veces son realizadas por dos personas”, manifestó Lara.

Aeropuerto El Dorado. | Foto: Long Visual Press/Universal Imag

En ese sentido, la directiva puntualizó que se necesitarían 1.200 controladores para operar los 934 cargos establecidos por la resolución en 2016, “pero estoy hablando de cómo se planteó la entidad hace siete años, y si hoy en día ni siquiera cumplimos con los cargos que se establecieron en 2016, imagínense cómo será para 2030, cuando la entidad tiene proyectado movilizar 100 millones de pasajeros”, enfatizó Lara.

La falta de personal ha provocado una sobrecarga laboral. El ideal, por la exigencia neurológica que se requiere, es que los turnos sean de seis horas de trabajo, pero hoy en día, con las horas extras que se deben cumplir, las jornadas para los controladores aumentaron hasta las 12 horas.