Un ciudadano fue privado de la libertad en su propia casa cuando se negó a pagar una millonaria extorsión que le exigió una supuesta banda delincuencial de Medellín. Una llamada telefónica lo salvó de morir.
Cuatro hombres fuertemente armados llegaron hasta la residencia de la víctima para cobrarle la deuda que tenía pendiente con la organización. Él aseguró que no tenía el dinero y lo amordazaron violentamente.
Al parecer, con el paso de los minutos la cifra iba aumentando. Saltó de siete millones de pesos a 14. Entre más se negaba y mostraba la imposibilidad de pagarles, más duro lo golpeaban. Así transcurrieron varias horas.
Incluso, trataron de cortarle la oreja con un cortaúñas, reveló El Colombiano. Sus lamentos pusieron en alerta a los vecinos del corregimiento de San Antonio de Prado. Una persona tomó la decisión de alertar a la Policía Nacional.
Las unidades que estaban en las inmediaciones del sector se desplazaron hasta la vivienda que fue referenciada y tocaron la puerta con insistencia. En extrañas circunstancias, el comerciante los atendió malherido.
Él alcanzó a decirles que en el inmueble se encontraban cuatro delincuentes, quienes lo estaban golpeando con objetos contundentes y solicitando una suma de dinero para su liberación, detalló el comandante del distrito de Policía Cinco, mayor Carlos Galvis.
“Es allí cuando estas personas son capturadas en flagrancia y son puestas a disposición de la autoridad judicial competente”, para que les hagan frente a las acusaciones por la presunta responsabilidad en los delitos de secuestro y tortura, añadió.
Este fenómeno no es nuevo en la capital de Antioquia. En el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la misma institución se han instaurado siete denuncias por secuestro.
Por ejemplo, una cita pactada en las redes sociales concluyó en secuestro y una millonaria extorsión en Medellín. Agentes del Gaula de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá pudieron detener a dos de los implicados.
La víctima estuvo navegando en Facebook y una mujer le llamó la atención. Intercambiaron un par de mensajes sin tener la certeza de quién estaba al otro lado del teléfono. A pesar de esto, acordaron encontrarse en el barrio San Bernardo.
La reunión se agendó para el miércoles 5 de abril. La interesada llegó al lugar en compañía de un menor de edad. Sin embargo, nunca arribó la persona que vio en internet, sino cuatro hombres fuertemente armados.
A los dos los intimidaron y los obligaron a ir a una zona apartada del barrio Belén. Allí les exigieron diez millones de pesos a cambio de no atentar contra su integridad física. Ellos respondieron que no tenían el dinero a la mano, pero les insistieron en el pago.
Les dieron la oportunidad de llamar a sus familiares para que reuniera la plata. Sus parientes recibieron el mensaje y, en medio de la angustia, pudieron hacer una transferencia por un millón de pesos.
En ese momento hicieron un acuerdo de pago y los dejaron en libertad, luego de estar sometidos a sus intereses durante cuatro horas. Esa decisión no fue gratis y tuvieron que dejar como garantía una motocicleta, los documentos personales y sus celulares.
Los delincuentes se comprometieron a devolver los elementos hasta que cedieran los nueve millones de pesos que le faltaba a la deuda. Las víctimas guardaron silencio por cinco días y se animaron a denunciar la situación ante la Policía Metropolitana.
De inmediato arrancó un operativo en la zona donde los tuvieron secuestrados. Ellos contactaron a los ilegales para que acudieran a un lugar específico para entregarles la otra parte del dinero y allí fueron detenidos por los uniformados.
Ahí cayeron dos personas de 19 y 21 años que fueron dejadas a disposición de la Fiscalía General de la Nación y deberán responder por los presuntos delitos de secuestro extorsivo agravado en concurso heterogéneo con hurto y extorsión tentada.