La Fiscalía anunció la condena de tres hombres que participaron en el homicidio de un aficionado del fútbol en Medellín el pasado 30 de abril, en medio de un clásico antioqueño.
La víctima de 34 años fue atacada con objetos contundentes y armas cortopunzantes, mientras intentaba proteger a otro hincha involucrado en la violenta riña.
Tras varios meses de investigación, el ente de acusación probó la responsabilidad de Elkin Darío García González, Alejandro Rivera Gaviria y Juan Estaban Hernández Vallejo.
El primero deberá pagar una pena de 25 años de prisión por homicidio y tentativa de homicidio, ambos agravados; el segundo, 21 años de cárcel por homicidio agravado, y el último, a 10 años por tentativa de homicidio.
El tiempo de condena fue establecido en un acuerdo judicial alcanzado por la Fiscalía y los procesados, avalado en las últimas horas por un juez penal del circuito de la ciudad de Medellín.
Las autoridades buscan identificar y judicializar a los presuntos responsables de la muerte de otro seguidor del fútbol, de 26 años, quien también falleció durante enfrentamientos entre, al menos, 100 personas.
El drama de las familias
William Gallego perdió a su hijo, Alejandro Gallego, en medio de esa batalla campal que protagonizaron hinchas de Atlético Nacional y el Medellín en inmediaciones del estadio Atanasio Girardot.
Gallego empezó diciendo que la violencia saltó al fútbol por la política y, desde entonces, en las tribunas se ha mostrado la cara más oscura de “la degradación de la sociedad”.
A su juicio, el problema no es nuevo ni exclusivo de la capital de Antioquia, pero no se le estaría dando la atención necesaria: “Uno desde los estadios ve las cosas muy fáciles”.
“Él tenía una pasión por Nacional y eso no lo convierte en criminal”, manifestó su padre sobre los mensajes que se divulgaron en redes sociales donde, según dice, se estaría empañando el nombre del joven asesinado. “Mi hijo era solo paz y tranquilidad. Solo con verle los ojos uno podía darse cuenta de que no era malo”, comentó entre lágrimas.
William Gallego, quien vive en Norteamérica desde hace una década, reconoció que la fórmula para darle tranquilidad al fútbol es despedir de las filas a las organizaciones delincuenciales y retomar el verdadero sentido del deporte: “Saquen a todos los bandidos del fútbol porque ellos son los responsables de toda la violencia, no los hinchas”.