Cada mes de septiembre se despierta el debate por las corralejas en Antioquia. En las últimas horas, el alcalde del municipio de Caucasia dio a conocer que hay altas probabilidades de darle el visto bueno a la actividad que es promovida desde el sector privado, calificada por las autoridades departamentales como maltrato animal.

Aunque en esta población del Bajo Cauca antioqueño hay antecedentes desfavorables frente a esta práctica, parece que la administración le abrirá nuevamente las puertas a razón de que no encuentra argumentos jurídicos para negarle a los empresarios el violento espectáculo que se realiza en el marco de las festividades locales.

La última vez que un toro pisó un redondel de arena dejó 22 personas heridas y cuatro animales muertos. En imágenes registradas en las redes sociales se observó a los asistentes y la organización incumplir con los protocolos establecidos para mitigar el riesgo durante estos eventos. Ese hecho, prolongado por ocho días, generó estruendo.

Las declaraciones las emitió el mandatario Jefferson Sarmiento Ortiz en una rueda de prensa donde asistieron medios locales. Él afirmó que no tiene en la mano herramientas jurídicas para aprobar o rechazar las peticiones sobre las corralejas en Caucasia, y que posiblemente sí se realizarán en la época de fin de año.

“No dar el permiso, me puede generar problema. Pero dándolo, también me puede generar otro. Si prohíben la realización de los eventos con un precedente jurídico, acá no se hacen. Ellos [organizadores] se blindan con eso: que no está prohibido la realización de las corralejas. Lo más seguro es que haya corralejas en el municipio”, dijo Sarmiento Ortiz.

Ahora bien, la posición de la Gobernación de Antioquia frente a esta situación es clara: en el territorio no se debe respaldar estas prácticas que ponen en riesgo la integridad física de los seres vivos. Así lo ha dado a conocer Aníbal Gaviria desde que tomó posesión como mandatario de los antioqueños, recientemente lo reafirmó en las alcaldías de la región.

Con el fin de evitar emergencias como la que ocurrió en el municipio de El Espinal, Tolima, donde fallecieron cuatro personas mientras observaban desde los palcos las corralejas, la Gobernación les solicitó a los cinco territorios de Antioquia donde se tiene la tradición de estas prácticas que sean suspendidas ante el inminente riesgo al que están expuestos.

“Nos unimos, incluso al clamor nacional, de que por favor las administraciones municipales no autoricen estas actividades que son privadas. Por favor pedimos que no las sigan autorizando”, afirmó la gerente de la oficina de Protección Animal de la Secretaría de Ambiente departamental cuando se desempolvó la discusión sobre la pertinencia.

El alcalde de Caucasia también ha sido advertido de las consecuencias. En una carta que tiene fecha del 15 de diciembre de 2021 se leen los clamores de la Gobernación para que le cierre la puerta a las corralejas y le enumeró las normativas que están activas que puede utilizar para frenarle el paso a las peticiones de los privados.

En primer lugar, desde el 2020 hay una ordenanza de la Asamblea donde se bloquea la práctica: “Se prohíbe en el departamento de Antioquia la utilización de elementos que laceren, corten, mutilen, hieran, quemen, lastimen o den muerte a los animales y se obliga a la utilización de elementos de protección en algunos espectáculos”.

También las garantías que deben tener los animales al ser reconocidos como seres sintientes: que no sufran hambre ni sed; que no sufran temor o angustia; que no sufran molestias físicas ni térmicas; que no sufran dolor, lesión ni enfermedad; y que sean libres de manifestar su comportamiento natural. Ante las violaciones, anticiparon sanciones.