Hablar de las problemáticas sociales que azotan a la capital paisa, es entrar en un mundo en donde cientos de personas de todas las edades están dedicadas a cometer diversos delitos que afectan y van en contra de la calidad de vida de sus habitantes.

Aunque hablar de prostitución infantil, venta de drogas y múltiples homicidios no es algo nuevo en Medellín, las cifras en algunos de estos delitos si encienden las alarmas, o por lo menos las quejas de la ciudadanía son cada vez más frecuentes y las cifras de entidades estatales así lo dan a conocer.

De esas cifras preocupantes que aquejan a la ciudad habló el expresidente Álvaro Uribe, a quien se le vio en una multitudinaria reunión con habitantes de las comunas nororientales de la ciudad, en la mañana del 6 de noviembre. Principalmente habló de la dolorosa tragedia de la prostitución infantil y de otras problemáticas que le expresaban líderes y ciudadanos.

El exmandatario llegó hasta un salón social del barrio Villa Guadalupe, de la capital antioqueña, donde lo acompañaron cientos de personas para escuchar un discurso “de cambio en Medellín”, específicamente para concientizar al gobierno de la ciudad en prestar atención a los niños y niñas. Requirió que se invierta en proyectos de emprendimiento, educación, entre otros, con el fin de evitar la difícil problemática de la prostitución en la ciudad.

Además, habla de una situación preocupante. Así lo dio a conocer a través de su cuenta de Twitter

“En Medellín crece la queja ciudadana por tragedia social de:

Abuso y prostitución de menores y de adolescentes;

Turismo de prostitución;

Expansión del consumo de Tusi o cocaína rosada, especialmente entre jóvenes.

También lo confirman otras ciudades colombianas”, escribió el exmandatario.

De inmediato, cientos de personas comentaron el trino. Por ejemplo, uno de ellos escribió: “Tengo 51 años, he vivido en varias comunas, me desplazo a diario por toda la ciudad. Nunca la había visto tan deteriorada, además, el microtráfico, extorsiones, la calles llenas de huecos, basuras, habitantes de calle por toda la ciudad. lo que Federico había hecho se destruyó”.

Sin embargo, también se le fueron varias personas en contra de los que había trinado y le dejaron claro que es una problemática que hace muchas décadas se viene registrando en la ciudad.

“En Medellín crece la indignación causada por décadas de violencia financiada por la política paraestatal que usted manejó. Medellín despierta, ya no traga entero. Usted ya no es referente. Es un presidiario. Las cadenas de la cárcel lo acechan”, afirmaron en otro de los comentarios.

Pero ya entrando en cifras y estudios de entidades estatales, las problemáticas sí han incrementado en la ciudad. Por ejemplo, hace un mes, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta por la instrumentalización sexual a la que están siendo sometidos los niños, niñas y adolescentes en Medellín. Una serie de denuncias recopiladas por el organismo que defiende los derechos humanos deja en evidencia que el delito está desbordado en las zonas más turísticas de la ciudad.

Tal como lo ha reconocido la administración del distrito, este tipo de delitos se cometen con mayor frecuencia en los sitios que tienen mayor circulación de personas, sobre todo viajeros. El escenario más crítico se está presentando en la comuna 14, en el exclusivo sector de El Poblado y en las inmediaciones de sus derivados: Parque Lleras y Provenza.

Las alertas que han llegado a las oficinas de la Defensoría en Antioquia son estremecedoras, así lo reveló la entidad en un informe conocido por SEMANA. Padres de familias y cuidadores han relatado cómo los delincuentes reclutan a sus menores para protagonizar encuentros sexuales en esas zonas de la capital de Antioquia.

En un apartado del documento que fue extendido a las autoridades locales se lee: “La información entregada en audios a la Defensoría Regional revela que, en muchos casos, las niñas, niños y adolescentes son explotados sexualmente bajo amenazas en viviendas cercanas al Parque Lleras”. La antesala de esos crímenes sería aterradora.

Varios casos documentados dan a conocer que las víctimas habrían sido secuestradas antes de llegar a las garras de los abusadores. Aunque la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá ha insistido en que no hay evidencias de estos escenarios, en el Ministerio Público invitaron a las autoridades a investigar estas críticas prácticas que se estarían dando.

Personas que pidieron no ser nombradas en el expediente compartido por la Defensoría del Pueblo afirmaron que “los menores son raptados de colegios en la ciudad”. Aunque en las redes sociales ha circulado esta tesis y los padres de familia se han prevenido, las autoridades han respondido que se trataría de un mito urbano.

El entonces comandante de la Policía en Medellín, brigadier general Javier Martín Gámez, aseguró que esta situación es una réplica de algo que ya había sucedido hace cinco años y que hoy no está activa, “lo que sí hay son delincuentes que quieren generar zozobra. Esto no quiere decir que descuidaremos la protección de los niños”, dijo el oficial.

Por otro lado, la Defensoría advirtió que la violencia sexual, principalmente contra niñas y adolescentes, está disparada. Este fenómeno delictivo habría aumentado con la celebración de la Feria de las Flores en el mes de agosto. El alto flujo de turistas fue aprovechado por los instrumentalizadores de los menores.

En el pliego de recomendaciones emitido por esta entidad aparece una mayor articulación entre los organismos judiciales para investigar y judicializar a los responsables. Aunque resulta importante perseguir a las estructuras que fomentan la explotación, resulta importante identificar a “quienes acuden y demandan estos servicios”.

“La explotación sexual comercial contra niñas, niños y adolescentes es un hecho lamentable, un delito que debe ser sancionado. Es fundamental un trabajo de sensibilización y pedagogía sobre el impacto de la violencia sexual en la vida de las víctimas, no solo físico, también psicológico y emocional”, concluyó la Defensoría.

De acuerdo con las estadísticas de la Policía Nacional, en lo que va corrido de 2022, se han interpuesto 117 denuncias por delitos relacionados con explotación sexual comercial de personas, 106 victimizando a menores de edad y diez víctimas adultas, en las que el 76 % de las alertas emitidas vincularon a las mujeres.

De igual manera, seis criminales han sido capturados por ponerles precio a los cuerpos de los menores de edad y a los mayores de 18 años. Para frenar los delitos, la Alcaldía fijó un toque de queda para niños y niñas en las zonas donde se tienen antecedentes de prostitución y una recompensa de 100 millones de pesos para identificar a los delincuentes que la promueven.

Por otro lado, el hospital Carisma, institución que presta tratamientos de conductas adictivas, informó con preocupación el aumento de pacientes con adiciones a la cocaína en los últimos tres años.

Además, esta institución con trayectoria en la atención de estos pacientes, confirmó que como consecuencia de ese consumo, estas personas han tenido problemas de tabique nasal perforado, gravedad que se ve marcada en los vasos sanguíneos, sobre todo en las arterias.

William Echavarria, gerente del Hospital Carisma, sostuvo que el aumento en los últimos tres años ha sido del 20 % en la demanda de pacientes consumidores de cocaína que llegan con perforación de tabique a la institución pública.

“En el mercado actualmente existe una cocaína de muy mala calidad, combinada en un 90 % con sustancias sintéticas, incluso de orden veterinario y eso está generando mucho más daño orgánico. En este momento el más característico es el perforamiento de tabique, no solo como resultado del consumo, sino de la mala calidad y la cantidad de basura contaminada de otros medicamentos sintéticos que es lo que le venden al consumidor”, dijo Echavarria.

Agregó que el aumento de pacientes que han ingresado ha sido notorio, “Por ejemplo, en el año 2020 de todo el departamento recibimos 4549 pacientes con problemas de consumo, en el 2021 aumentó con 5100 casos y lo más probable es que cerremos 2022 con cifras no tan positivas; cifra que también se ha duplicado con pacientes que presentan tabique perforado”.

De acuerdo con los médicos de este centro de atención público departamental, este tipo de consumo genera problemas respiratorios y en casos más extremos puede generar perforación en el paladar y huesos internos de la cabeza, con probabilidades de sanación imposibles. A estas dificultades en salud se le suma la cantidad de pacientes, entre los 12 y 16 años que ha atendido la institución, por esta problemática.

La Institución Carisma, solo en Medellín, atendió a 1.048 menores de edad: 346 entre enero y diciembre de 2020, 432 entre enero y diciembre de 2021 y 270 solo entre enero y julio de 2022.

El concejal de Medellín, Luis Bernardo Vélez, quien fue secretario de Inclusión Social de Medellín, en el gobierno de Federico Gutiérrez, ha sido reiterativo en afirmar que faltan más campañas preventivas por parte de la administración municipal.

“¿Dónde están las campañas hacia la familia, hacia la prevención del consumo de sustancias psicoactivas? Tenemos que articularnos más y trabajar por esta situación que hoy nos duele tanto; no es solo mitigar o disminuir riesgos, es abordar este fenómeno integralmente”, dijo el concejal.

Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia y la Alcaldía de Medellín encendió las alarmas sobre el consumo de sustancias psicoactivas sintéticas, dado que el 98 % de las muestras analizadas dan cuenta de algún tipo de alteración.

Desde octubre de 2021, los investigadores recolectaron un centenar de elementos químicos que se comercializan irregularmente por las calles de la capital antioqueña con el fin de medir el riesgo al que están enfrentados sus consumidores.

Luego de tomar una parte de las sustancias, fueron caracterizadas químicamente y sometidas a un análisis farmacológico y toxicológico en los laboratorios del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional.

Hallazgos preocupantes

El estudio agrupó el análisis en cuatro secciones: cannabis, drogas sintéticas, opiáceos, cocaína y derivados, composiciones químicas que se reparten con mayor frecuencia en Medellín y en municipios del Valle de Aburrá.

En las drogas sintéticas que se examinaron -donde se adjuntaron las muestras de 2CB, LSD y éxtasis- se encontraron altos niveles de sustitución. Es decir, están alteradas por encima del 70 % con ketamina, plastificante ftalato, cafeína y otros elementos.