Desde la tarde de este martes 10 de enero, las mujeres que se encuentran en el patio número 16 de la cárcel El Pedregal de Medellín no prueban alimentos a modo de protesta por el supuesto mal estado en el que le llegan los platos de comida a las celdas.

En un video que circuló en las redes sociales durante la noche de ayer se escuchan los angustiantes gritos de las reclusas en los que les piden a las autoridades un seguimiento a las presuntas vulneraciones de los derechos humanos a las que estarían sometidas.

Jorge Alberto Carmona, veedor de la situación carcelaria de Colombia, afirmó que el argumento que las impulsó a manifestarse de manera pacífica es el malestar que les genera la descomposición de los alimentos que se ven en la obligación de consumir.

Además de la preocupación que les causan los productos, hay temor por las complicaciones que se darían al interior del penal a razón de que una furia se saldría de control y los resultados serían desastrosos para la integridad física de las mujeres.

Las internas de la cárcel El Pedregal se quejan por la calidad de los alimentos. Imagen de referencia del penal.

“Una bomba de tiempo”, así define el líder social la escena que está corriendo en El Pedregal. En el lado de las reclusas hay rabia por la comida, pero en el lado de los hombres comparten la misma posición que podría llegar a ser letal con los días.

Las denuncias que se han emitido referencian que los huevos llegarían a las mesas en pésimas condiciones, el pollo no estaría completamente cocinado causando intoxicaciones entre la población y las frutas, en varias oportunidades, se las entregarían podridas.

“Están en una huelga pacífica de hambre porque están manifestando que, otra vez, la comida les está llegando en estado de descomposición, comida podrida. Esto originó el malestar. Estoy haciendo un SOS para que hagan presencia”, afirmó Carmona.

De acuerdo con sus cálculos, 1.300 mujeres se podrían unir en una sola voz para escándalo ante el dolor que hoy padecen por el “pésimo estado de la comida”. En efecto, el veedor pidió la intervención urgente del Gobierno nacional y el Ministerio Público de Medellín.

A internos de El Pedregal les habrían dado carne de caballo. | Foto: Cortesía

La Personería de la capital de Antioquia tiene una comisión especial que le están haciendo seguimiento de manera permanente a las denuncias que emiten las personas que están privadas de la libertad en El Pedregal, tanto mujeres como hombres con la alimentación.

Se esclareció que las dificultades se han presentado con la nueva organización que está suministrando los productos para cocinar al interior del penal, cuya elección fue producto de una licitación pública y empezó a operar el pasado viernes 23 de diciembre de 2022.

Ahora bien, estas preocupaciones también fueron expuestas por el Observatorio de Derechos Humanos de Colombia al manifestar que los reclusos están recibiendo alimentos en estado de descomposición e, incluso, carne que, aparentemente, sería de caballo.

Esta unidad le pidió a la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) que le haga frente a las acusaciones, mientras que al Gobierno nacional que intervengan en El Pedregal para frenar la supuesta escalada de vulneraciones a las que se exponen.

Entrada a la cárcel El Pedregal de Medellín. | Foto: Cortesía: Personería de Medellín.

Por medio de un comunicado se le pidió a los ministerios que lidera el presidente Gustavo Petro “frenar las constantes violaciones a los derechos humanos que se evidencian en los contratos de alimentación en las 128 cárceles del país”, anunció el Observatorio.

También se dijo que “los alimentos que reciben las personas privadas de la libertad no cumplen estándares de calidad y gramaje, debilitando la salud de los reclusos y vulnerando sus derechos humanos”, concluyó el grupo de veedores ciudadanos.

Hasta este 10 de enero, la Uspec habría prometido hacer cambios en el servicio que se presta en el penal de Medellín para frenar la huelga de hambre que advirtieron desde las celdas de los hombres, pero no habrían logrado evacuar las preocupaciones de las mujeres.