Por una alarmante situación está atravesando el personal de salud de Quibdó, capital del departamento del Chocó, quienes denuncian falta de insumos médicos para atender a la ciudadanía en general del Hospital San Francisco.
Además, se declaró emergencia sanitaria en toda la ciudad, con el fin de llamar la atención de las autoridades, teniendo en cuenta que es el único centro asistencial de segundo nivel en la región.
De acuerdo con Farides Orejuela, coordinadora de Calidad del centro asistencial, reveló que en este hospital se presenta desde hace algunos días precariedad en materia de salud.
“Triste, angustiante, y lamentable, hoy los chocoanos estamos en máxima urgencia por carencia de insumos, no tenemos medicamentos suficientes para atender a la población, no tenemos sangre, carecemos de lo básico para trabajar”, señaló Orejuela.
Sin embargo, esa no es la única problemática que acoja a los trabajadores de este reciento, quienes también reportaron el mal estado de la planta de oxígeno, lo que causa una inestabilidad en el suministro poniendo en peligro la vida de los pacientes.
“Hoy los ventiladores, no nos están dando, la garantía qué realmente se necesita, y tenemos mucha angustia porque la atención es insegura, está fallando y pones en riesgo la vida de los pacientes”, afirmó Diana Hinestroza, enfermera del Hospital San Francisco.
Así mismo, el pediatra Carlos Librenos Bertini advirtió que, por causa de esta situación, hay pacientes que llevan alrededor de cinco días esperando una remisión, con el temor de que por falta de insumos haya una tragedia.
Escasez de medicamentos
El tema del desabastecimiento de medicamentos tiene, una vez más, al Ministerio de Salud en el ojo del huracán. Es por ello que a través de redes sociales dio a conocer información sobre esta situación.
Por medio de un hilo en Twitter, el Ministerio de Salud se refirió ante la escasez de medicamentos presente en el país. En primer lugar, indicó que una de las competencias del Invima es realizar el seguimiento, notificar y generar alertas sobre el estado de abastecimiento de medicamentos desde 2018, motivo por el cual es la única entidad con esa información de primera mano.
En ese orden de ideas, MinSalud indicó que la escasez es un fenómeno a nivel mundial, el cual está relacionado con la oferta y demanda del mercado. Sumado a ello, citó al Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para mencionar que la entidad ha publicado información sobre los productos en desabastecimiento, siendo un total de 201 desde 2013.
Sin embargo, afirmó que se reportaron que 33 no están escasos, 115 se encuentran monitorizados, 14 están en riesgo y tan solo 39 están desabastecidos.
“Con lo reportado por la industria, junto con el Invima, hemos priorizado los medicamentos a intervenir y se han realizado 11 mesas de trabajo, orientadas a atender cada caso. En estas mesas se priorizaron inicialmente 30 principios activos para convocar la búsqueda de soluciones”, señaló MinSalud.
Frente a las soluciones, la primera que planteó la entidad es que, en diciembre de 2022, se suscribió un memorando de entendimiento con la Universidad de Antioquia para la producción pública de medicamentos estratégicos. Aparte, se han desarrollado reuniones de concentración para la recuperación de la soberanía sanitaria en la producción de vacunas y biológicas, dándole prioridad a la producción pública con la Secretaría Distrital de Bogotá y Vecol.
“Entendemos que productos con problema de escasez tienen diferentes causas: alta rotación en el canal institucional, algunas marcas predominan en la red comercial y no están disponibles en las IPS y problemas comerciales entre fabricantes y distribuidores, entre otros”, indicó.
Asimismo, afirmó que junto con Invima han buscado soluciones específicas con los actores correspondientes, contando con la articulación de la Superintendencia de Industria y Comercio, junto con la de Salud, para resolver la situación en materia jurídica con temas comerciales entre privados.
Finalmente, el hilo concluye con que desde el Ministerio han recalcado que no se trata de sustituir la economía de mercado en la fabricación y distribución de medicamentos, pero si es necesario diseñar mecanismos e instrumentos que permitan conciliar consideraciones de mercado que son prioridades de la salud pública.