La desaparición del menor de seis años Maximiliano Tabares, en el municipio de Remedios, Antioquia, aún sigue siendo un misterio. Ya van 33 días desde que desapareció, al parecer, a manos de un grupo de personas que es parte de una secta satánica, en la que están involucrados seis personas, entre ellos su mamá, abuela, padrastro.
Cabe recordar que estas personas fueron capturadas el pasado 21 de octubre por integrantes de la Policía en los municipios de Bello y Segovia. El temido grupo practicaría ritos satánicos con el objetivo de encontrar señales que los llevara al punto exacto donde estarían supuestas guacas de oro en las montañas de la región. En los relatos recopilados por los investigadores, los habitantes dieron cuenta de que sus integrantes cavaban en la tierra repetitivamente para hallar los elementos valiosos.
En la tarde de este lunes se reanuda la audiencia privada en contra de los seis implicados en la que determinarán los cargos por los cuales serán imputados por el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Cisneros, Antioquia.
SEMANA conoció que uno de los abogados de las cuatro personas capturadas confirmó que se van a declarar inocentes. “El ente persecutor en cabeza de una fiscal delegada por este caso nos va a vislumbrar cuáles son los tipos delictivos que van a imputar y que vamos a seguir dentro del proceso penal. La idea es que ellos se presumen inocentes hasta no ser vencidos en un juicio oral y público”, confirmó Sebastián Ortiz, director del área penal del grupo empresarial legal PRO y abogados de cuatro de los capturados.
Agregó que el mensaje que quieren enviar a la comunidad en general es que no se tome justicia por mano propia, debido a que se debe esperar a que las autoridades ejerzan los actos investigativos por medio de la Policía judicial, en la que apenas inicia una etapa de imputación de cargos y el proceso se encuentra en indagación, por lo que no se sabe la responsabilidad penal de estas personas.
La secta estaría integrada por los allegados del menor de edad y los amigos que pudieron convencer en el camino. El padrastro de la víctima, Fabio Andrés Carmona Ramírez, sería el encargado de organizar la agrupación. De acuerdo con los datos que tomó la Policía Nacional en la zona, él se haría llamar dentro de Los Carneros como ‘el líder’.
La desaparición del niño Maximiliano Tabares
El relato de un exintegrante de la supuesta secta satánica de Los Carneros es la pieza clave que tienen las autoridades para esclarecer la desaparición de Maximiliano Tabares Caro, el niño de seis años que se perdió en el municipio de Remedios. La Fiscalía señala a la agrupación como la presunta responsable. Entre las personas acusadas está su madre.
El principal testigo se unió al grupo en 2021. Ingresó por invitación del padrastro de la víctima. Él le describió que la tribu tenía como objetivo principal encontrar guacas en la región. Es decir, tesoros escondidos bajo la tierra para hallar piezas valoradas en los mercados. Sin embargo, se retiró en el camino por la crueldad de los encuentros.
Alcanzó a vivir en carne propia los sacrificios que hacían para encontrar las señales que les enviaban supuestos espíritus con el fin de ir a los puntos exactos donde estaba el oro. Esa tarea estaría siendo obstaculizada por el hijo de una de las integrantes y compañera sentimental del sujeto que llevaba la batuta en la secta, Maximiliano Tabares Caro.
Este hombre habría recibido un mensaje de sus dioses en el que le advirtieron sobre un mal que estaba dentro del cuerpo del niño, y que no estaría dejando prosperar el negocio. En consecuencia, citaría a sus súbditos para sacarle el espíritu al menor de edad. Ese encuentro estaba agendado para el 20 de septiembre, al otro día se reportó la desaparición.
“El líder me abordó y me dice que yo debo volver a la tribu. Me citó para que en la noche de ese mismo 20 de septiembre fuera a la casa de Damaris (abuela de la víctima), que allí nos reuniríamos porque el espíritu le dijo que Maximiliano lo estaba obstaculizando para que no encontraran las guacas. Yo no asistí”, detalló el testigo ante la Fiscalía.
Pero las revelaciones fueron más allá. Este sujeto explicó que duró varios meses dentro de la secta satánica. Dio un paso al costado recientemente por los dolores que le estaba imponiendo el líder. Supuestamente, para llamar a los dioses a los que veneraban con el propósito de recibir las guías del camino, debían soportar tratos humillantes.
En siete oportunidades sufrió quemaduras por las marcaciones que le hacían con cuchillos, calentados previamente con el soplete con el que funden el oro. Con base en sus palabras, el arma blanca la habrían puesto en el fuego y luego dibujaban sobre su cuerpo un signo de cruz. También recibió varias filtraciones de agujas en sus testículos.
“En una ocasión me obligó, en medio del culto, a tener relaciones sexuales. Me retiré porque los tratos que recibía por parte del líder no me gustaban, eran tratos crueles. Me parecía que no concordaban con lo que él, inicialmente, me había dicho, que era para buscar guacas”, afirmó el exintegrante de Los Carneros frente a las autoridades.
Este relato habría sido confrontado con el material probatorio que las unidades de inteligencia del CTI y la Fiscalía hallaron en las residencias de los capturados. En las viviendas tenían documentos satánicos y muñecos vudú que habrían sido utilizados en sus prácticas. No obstante, el cadáver de Maximiliano Tabares Caro no fue hallado.