Autoridades de la capital de Antioquia están en alerta ante las denuncias públicas que se han divulgado en redes sociales que darían cuenta de la imposición de cobros a las personas que se acercan a rezar al santuario de la Rosa Mística del barrio El Poblado.
Al parecer, una acción comunitaria de esta comuna les estaría pidiendo dinero a los feligreses a nombre de la gruta que es visitada con fervor por cientos de personas diariamente, convirtiéndose en un referente del turismo de propios y visitantes.
El grupo exigiría desde 2.000 pesos para encender una veladora al pie de la virgen y la cuenta empezaría a sumar más ceros en dado caso de que la persona mostrara el interés de colgar una placa en la fachada del lugar para exponer agradecimiento por un favor recibido.
Sin embargo, el Comité de Caridad y Consejo parroquial de la Iglesia de La Visitación de esta zona de El Poblado, que se encarga del mantenimiento de la famosa imagen católica, advirtió que los cobros se están haciendo insistentemente y de manera irregular.
Tal es el supuesto descaro de los tormentosos ‘vacunadores’ que el recaudo lo estarían promoviendo para hacerle mantenimiento a la gruta, pero de eso se encargan desde hace varios años, sin retribuciones, la señora Alba Graciela Adarve e Iván Granados.
Una de las fieles visitantes del santuario es la primera dama de Colombia, Verónica Alcocer García. En varias publicaciones ha dado cuenta de la importancia de este sector para los creyentes católicos, hoy amenazado por las personas inescrupulosas.
Otro de los dolores de cabeza de los creyentes son los constantes robos que se registran en las horas de la noche en las inmediaciones de la Rosa Mística. Los dueños de los ajeno se aprovechan de la concentración de las oraciones para asaltar a los ciudadanos.
En consecuencia, la comunidad de la Iglesia de la Visitación pide un mayor control de la Policía Nacional con el propósito de frenar la delincuencia que hoy tiene sometidos a los católicos, principalmente los cobros irregulares y los hurtos.
Frente a este escenario, la institución respondió que tiene conocimiento del asunto, pero todavía no hay una denuncia formal ante las autoridades judiciales para poder actuar como lo indica la ley. No obstante, tienen los ojos sobre el sector referenciado.
Mientras que la Secretaría de Seguridad y Convivencia de la ciudad informó que, si bien no hay una queja oficial sobre el particular, los funcionarios conocieron detalles de la situación que podrían demostrar que no se trataría de vacunas o extorsiones.
Todo parecería que detrás de las exigencias económicas se encontraría una acción comunal “que está pidiendo donaciones a nombre de ese santuario que hay ahí”, respondió una fuente de esta entidad ante la preocupación que ha generado el caso.
Otra cosa es la que se vivió en otros rincones de Medellín donde en 2022 cerca de 400 ciudadanos denunciaron ser víctimas de extorsiones, cifras suministradas por el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía.
Este registro evidencia que los delincuentes acudieron a diferentes prácticas para tratarles de sacar dinero a sus víctimas como fuera. Incluso, en varias oportunidades acudieron al secuestro para ponerle precio a la liberación de la persona que tenían en retención.
Entre los recursos más utilizados para amedrentar a los ciudadanos están las cartas escritas a mano, los mensajes tramitados por medio de las redes sociales y voz a voz. Aunque también se usaron con insistencia las llamadas telefónicas y de manera directa.
Todas estas alertas están siendo investigadas por la Fiscalía General de la Nación, pero se cree que hay un subregistro en el fenómeno ilegal porque no todas las denuncias se presentan. Las autoridades tienen disponible la línea 165 para recibir las quejas.