El Ejército Nacional informó este 16 de diciembre que dos ‘peces gordos’ de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como también se denomina el Clan del Golfo, tomaron la decisión de someterse a la justicia tras la intensidad de las operaciones militares que realizan en los municipios de la subregión del Bajo Cauca antioqueño.
Ambos sujetos tenían aterrorizadas a las poblaciones de Cáceres y Zaragoza, sectores donde se ha denunciado el incremento de las muertes violentas, reclutamiento de menores de edad y amenazas por parte de la organización armada ilegal que comandó hasta octubre de 2021 alias Otoniel, hoy recluido en una cárcel de Estados Unidos.
La información suministrada por la Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles señala que estos hombres se desempeñaban en esta región del país como líderes. Es decir, tenían a cargo misiones especiales para asegurar la presencia de este grupo delincuencial que sostiene una guerra a muerte con Los Caparros y el ELN por el control de los territorios.
En particular, tenían la responsabilidad de garantizar la seguridad de los principales cabecillas del Clan del Golfo. También estaban en la obligación de suministrar las rutas para el tráfico de estupefacientes a gran escala y armas de fuego con el propósito de hacerles contrapeso a los otros actores ilegales y a los integrantes de la Fuerza Pública.
Otra de sus tareas era planear atentados contra los miembros de la Policía Nacional y el Ejército en el Bajo Cauca antioqueño. El alcance del proyecto criminal se sintió en el mes de julio cuando las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ordenaron lanzar balas y artefactos explosivos contra todo aquel que vistiera el uniforme de las dos instituciones.
Con base en las estadísticas del Ministerio de Defensa, en lo que va corrido de 2022, en esta subregión de Antioquia se han presentado 10 ataques contra los funcionarios que tratan de retomar el control. Las emergencias se reportan en los municipios de Zaragoza, Cáceres y El Bagre, donde estos grupos armados ilegales delinquen ampliamente.
Las unidades militares que recibieron a estos dos hombres describieron que, una vez alzaron las manos y soltaron las armas de fuego al piso, manifestaron su deseo de volver a la legalidad y reencontrarse con sus familias. También rechazaron las órdenes criminales que los mandos superiores les habían obligado a ejecutar en el Bajo Cauca de Antioquia.
Al parecer, desde el Clan del Golfo se está pidiendo planear y llevar a cabo atentados terroristas contra la población civil de esa región. Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo encendió las alarmas por un recrudecimiento de la violencia en Cáceres y El Bagre, donde varias comunidades están en autoconfinamiento por las acciones ilegales.
“Estos sujetos, a quienes por seguridad protegemos su identidad, obtendrán beneficios especiales en el momento de ser judicializados, dado que buscan regresar a la legalidad para colaborar con la justicia y terminar con la delincuencia que atenta contra la población civil y la Fuerza Pública”, comentó el Ejército Nacional a través de un comunicado.
Se aclaró que estos dos cabecillas de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia entregaron material de guerra para la fabricación artesanal de explosivos con los que pretendían atemorizar a las comunidades. Bajo el poder de las autoridades están elementos de comunicación que serán investigados por los agentes especiales.
Ellos, como los elementos que fueron incautados en el momento de la entrega voluntaria, fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que determinará el futuro de los procesados y los cargos que les sumarán por el reconocimiento de sus acciones. Los militares advirtieron que los seguirán presionando para terminar el caos.