Un doble homicidio estremece al Urabá antioqueño. En las últimas horas, una pareja que se movilizaba en un vehículo particular fue atacada con disparos. Un hombre y una mujer fallecieron producto del ataque, cuyos detalles son materia de investigación.
La emergencia se reportó en la tarde de este primero de noviembre en la zona rural del municipio de Chigorodó. Después de las tres de la tarde sujetos fuertemente armados accionaron las pistolas en repetidas ocasiones contra el automotor.
Las víctimas estaban sentadas en la parte delantera del carro cuando fueron sorprendidas por los delincuentes. Una de ellas fue identificada como Jhonatan Gabriel Pineda Arcia, de 36 años, quien falleció en el sitio luego de presentar una herida en el cráneo.
Mientras que el nombre de su acompañante no ha podido ser esclarecido por la Policía Nacional. Sin embargo, se reveló que se trata de una mujer que registra dos impactos por arma de fuego en la cabeza y otro más en uno de sus hombros.
Los cadáveres fueron rescatados de la vereda El Dos y trasladados hacia la zona urbana de esta población del Urabá. En horas de la tarde fueron ingresados a la morgue del hospital María Auxiliadora donde las autoridades asumieron la inspección de los cuerpos.
El material probatorio que se ha recuperado no permite esclarecer el doble homicidio. La Fiscalía General de la Nación, en conjunto con la Policía Nacional, tratarán de armar el rompecabezas del crimen con el fin de judicializar a los responsables.
Con base en los datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional, entre el primero de enero y el 30 de septiembre, en este municipio perdieron la vida violentamente quince personas.
Los crímenes se cometieron con armas blancas, pistolas y objetos contundentes. Las víctimas más frecuentes son los hombres mayores de 18 años. El homicidio que se registró este primero de noviembre es el que suma por primera vez una mujer a la lista.
En esta zona del departamento hay presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como también se hacen llamar las personas que están en el Clan del Golfo, que gestionan a gran escala el tráfico de estupefacientes y extorsiones.
La Defensoría del Pueblo denunció que en el terreno se han identificado hostigamientos; reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes; desaparición forzada; amenazas; regulación a la movilidad; homicidios selectivos; y constreñimiento.
“Población afectada: autoridades étnicas de gobierno; personas defensoras de derechos humanos y líderes sociales; miembros de las organizaciones que adelantan procesos de reclamación y reparación; y servidores públicos”, alertó el Ministerio Público.
Esta misma condición se repite en las zonas urbanas y rurales de los municipios de Apartadó, Arboletes, Carepa, Mutatá, Necoclí, San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá y Turbo. Todos están cobijados con una alerta temprana por parte de la Defensoría.
Si bien hay varias intimidaciones sobre la mesa, el emisor sería la organización criminal que comandó alias Otoniel antes de ser extraditado hacia Estados Unidos. El nombre del Clan del Golfo reina sobre las calles del Urabá como la única fuerza ilegal.
Frente a los ojos de las autoridades judiciales del departamento, esa teoría habría quedado en evidencia durante el paro armado que adelantó este grupo en toda la subregión como retaliación por la detención del jefe máximo de las Autodefensas.
En esa zona se paralizó el comercio y las personas dejaron de movilizarse. Mientras que el plan pistola dejó estragos en las filas de la Policía Nacional y el Ejército. Más de diez miembros de las instituciones fueron blanco de los delincuentes.