El alcalde de Nueva York, Eric Adams, fue recibido en la Dirección Antinarcóticos por el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, y el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, quien le pidió al alcalde trabajar juntos y buscar convenios bilaterales.
En su visita, le presentaron detalles de la operación en la selva de la captura de alias Vallenato, quien tenía siete órdenes de captura.
Además, le mostraron capacidades de la Policía de Colombia, le pusieron el sombrero antinarcóticos y le entregaron una muestra de café, que acompañó con una almojábana, revelando su gran gusto por este amasijo.
Posteriormente, partieron hacia el Urabá antioqueño, para conocer de primera mano el fenómeno migratorio irregular a través del Tapón del Darién. Sin embargo, antes de partir a este destino, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, en un dramático relato reveló cómo en su país murió un niño de un año por fentanilo, una droga sintética que está en la mira de las autoridades en todo el mundo, debido a su alto impacto en materia de salud pública.
“Su profesionalismo y la diversidad de damas que tienen ustedes en uniforme, nosotros como protectores, nos despertamos todos los días solamente para hacer nuestro trabajo, pero realmente quiero que consideren el instante en el que estamos”, dijo inicialmente.
“Perdimos un bebé de 12 meses de edad que estaba durmiendo al lado de residuos de fentanilo, estamos perdiendo niños todos los días en El Darién. Nuestra tarea es más que hacer la calistenia del día a día, los niños dependen de nosotros, ustedes lo que hacen es combatir por el bien de nuestro futuro. Los Estados Unidos y las Américas, Colombia y en todo el Globo, ellos se sientan bajo la sombra de la libertad, en seguridad, porque ustedes la garantizan. Gracias y la ciudad de Nueva York también les agradece. Esa es la voluntad de las Américas”, expresó.
Acuerdo
Entretanto, México y Estados Unidos acordaron el pasado jueves 5 de octubre redoblar esfuerzos contra el tráfico de fentanilo y la migración ilegal, durante una reunión de seguridad marcada por el sorpresivo anuncio de Washington de ampliar el muro fronterizo.
Advirtiendo que se trata de un “desafío mundial”, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, anunció en rueda de prensa que la lucha contra el fentanilo —que mató a decenas de miles en Estados Unidos en 2022— se enfocará en el rastreo de precursores químicos que se contrabandean desde China.
También apuntará al desmantelamiento de “laboratorios clandestinos” donde, según Washington, carteles mexicanos elaboran esta droga.
“El fentanilo que estos carteles producen y trafican es la amenaza de drogas más mortífera que Estados Unidos haya enfrentado jamás”, aseguró en la misma conferencia el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, quien subrayó que el tráfico de dicha sustancia, así como el de migrantes y de armas, constituyen “retos acuciantes”.
Los representantes mexicanos insistieron, no obstante, en que ni el fentanilo ni sus insumos se fabrican en su territorio, pero admitieron que los narcotraficantes compran el opioide para mezclarlo con otros alucinógenos.
Ambos funcionarios estadounidenses agradecieron a México la reciente extradición de Ovidio Guzmán, uno de los herederos de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, acusado de traficar fentanilo. “Es un poderoso símbolo de lo que podemos lograr trabajando juntos”, afirmó Garland.
“No será el último”, alertó el fiscal, quien ya había anunciado que pedirá la detención y entrega de otros tres hijos del Chapo, exjefe del Cartel de Sinaloa, que purga cadena perpetua en Estados Unidos. Ese grupo y el cartel Jalisco Nueva Generación son los más poderosos de México. Sus nexos se extienden a varios países.
Mientras que en el diálogo de seguridad de alto nivel, la Marina mexicana propuso crear una “coalición de países” para detener el contrabando de precursores, Washington se comprometió a compartir un “informe mensual del movimiento de armas de fuego” hacia su frontera sur, un reclamo prioritario de México que, incluso, demandó a armerías estadounidenses por comercio negligente.