Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia y la Alcaldía de Medellín encendió las alarmas sobre el consumo de sustancias psicoactivas sintéticas, dado que el 98 % de las muestras analizadas dan cuenta de algún tipo de alteración.
Desde octubre de 2021 los investigadores recolectaron un centenar de elementos químicos que se comercializan irregularmente por las calles de la capital antioqueña con el fin de medir el riesgo al que están enfrentados sus consumidores.
Luego de tomar una parte de las sustancias, fueron caracterizadas químicamente y sometidas a un análisis farmacológico y toxicológico en los laboratorios del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional.
Hallazgos preocupantes
El estudio agrupó el análisis en cuatro secciones: cannabis, drogas sintéticas, opiáceos, cocaína y derivados, composiciones químicas que se reparten con mayor frecuencia en Medellín y en municipios del Valle de Aburrá.
Frente a la primera sección de indagación ―el cannabis―, se encontró que el 37 % procedía de autocultivos y cuya composición no representa un riesgo para la salud a razón de que hay un balance entre el componente psicotrópico y el terapéutico. Sin embargo, las luces de emergencia se encienden en los tres grupos restantes.
En las drogas sintéticas que se examinaron -donde se adjuntaron las muestras de 2CB, LSD y éxtasis- se encontraron altos niveles de sustitución. Es decir, están alteradas por encima del 70 % con ketamina, plastificante ftalato, cafeína y otros elementos.
Por ejemplo, el 77 % de las muestras tomadas de LSD no contienen la sustancia protagonista de la droga y mucho menos el 94 % de las de 2CB: “La presencia de estos componentes hace que los efectos tóxicos sobre el organismo sean mayores”, se lee en el documento académico.
Mientras que en la cocaína y sus derivados se estableció que el 47 % de las muestras contienen levamisol, medicamente antiparasitario de animales. Esa mezcla con la cocaína puede ocasionar enfermedades como vasculitis severa e insuficiencia renal.
Finalmente, el estudio de los opiáceo -grupo donde se encuentra la heroína- arrojó que sus usuarios la combinan con otras sustancias como la cocaína y el cannabis. Además, el 95 % la consume de forma inyectada, “los que aumenta su riesgo, que es de los más elevados dentro de las sustancias analizadas”, indicaron los investigadores.
La pureza no es identificada por los consumidores
Ahora bien, a excepción del cannabis, las sustancias analizadas contenían adulterantes, lo que aumenta considerablemente el riesgo de su consumo que no guarda una relación entre el precio y la pureza, lo que genera una falsa sensación de seguridad entre quienes las adquieren.
Otro de los hallazgos denuncia que en las drogas sintéticas, como el éxtasis y el 2CB, se encontró una nueva sustancia que no ha sido reportada anteriormente en Colombia y que hace parte de un grupo conocido como catinonas sintéticas (sales de baño). De acuerdo con los casos presentados en otros países, los científicos dedujeron que puede ser de alta peligrosidad para la población que accede a ella.
Reflexiones de académicos y administración pública
Los resultados del estudio de riesgo químico de sustancias psicoactivas circulantes en Medellín son un insumo para la academia, las políticas en salud pública y la ciudadanía en general, reconoció la Alcaldía del distrito.
“El objetivo de la investigación fue proporcionar a las juventudes usuarias de sustancias psicoactivas información objetiva, científica y actualizada sobre los riesgos asociados a la composición de las sustancias que consumen”, mencionó en un comunicado la Secretaría de Juventud de la ciudad.
Es decir, los datos que arrojó la investigación dan luces sobre cómo debe ser la “mejor intervención del Estado” con los programas de mitigación y reducción de los riesgos para los consumidores.