La clase alta y media antioqueña se dejó conquistar por el buen tiempo financiero de la Sociedad Ganadera El Paraíso de Rionegro, que invitó a más de 3.200 personas a invertir en la compra y sostenimiento de reses durante cinco años.
La empresa se encargaba de lidiar con los animales y les brindaba a los socios cierta cantidad de dinero mensualmente, sin necesidad de estar patrullando sobre los potreros para verificar cómo estaba avanzando el negocio.
Los aportes de cada víctima eran 100 y 10 millones de pesos. Sagradamente, cada treinta días recibían ganancias que se calculaban sobre las consignaciones, cerca del 3 y 5 %, aunque tenían beneficios extra si invitaban a más socios al proyecto.
Allí se sumaron los ahorros, pensiones y patrimonios enteros de empresarios, profesores, comerciantes e ingenieros que quisieron multiplicar el dinero de la mano de la ganadería, pero fracasaron en el intento y hoy piden justicia.
Al parecer, de un día para otro, se enteraron de que las vacas solo estaban en el papel y nadie apareció para responder por la plata. La Fiscalía y la Superintendencia de Sociedades están tratando de identificar qué fue lo que pasó.
Si bien 3.200 ciudadanos estarían en la lista de la empresa, solo el 5 % presentó denuncias penales por presunta captación masiva y habitual de dineros, concierto para delinquir, lavado de activos y enriquecimiento ilícito de particulares.
SEMANA contactó a los representantes de la Sociedad Ganadera El Paraíso y, hasta la fecha, no respondieron las comunicaciones. Pero sí les dieron la cara a sus accionistas y, supuestamente, se presentaron como otros perjudicados.
En un mensaje emitido en agosto se les dijo: “Asumimos la responsabilidad por los inconvenientes que han surgido, estamos enfocados en ofrecer una solución transparente. (…). Junto a nuestros socios, estamos trabajando arduamente”.
“Es peor que la de Rocha”
Víctor Eduardo Muñoz, apoderado de las víctimas, detalló que la iniciativa estaba apalancada por seis firmas que les inspiraron confianza a los compradores. Sin embargo, la pirámide se cayó en febrero de 2023 cuando incumplieron las promesas.
Los clientes esperaban, como máximo, tres millones cada mes. Los compromisos se empezaron a acumular y el drama se apoderó de ellos: “Perdieron muchísimo dinero, empeñaron muchas cosas y están en serios problemas”, dijo el abogado.
Incluso, advirtió que los estragos serían superiores a la estafa que habría protagonizado Felipe Rocha contra la élite bogotana, dado que superaría los 100.000 millones de pesos, no solo en Antioquia, sino en el resto de Colombia.
La estrategia judicial para recuperar lo perdido también incluirá a los asesores comerciales de la organización porque se sospecha que “tuvieron responsabilidad en no decir la verdad a los afectados, esto es inaudito y no puede volver a pasar”.
El drama de cada implicado es doloroso y, por el proceso legal, prefirieron aportarlo de manera anónima: “Mi familia dio 200 millones de pesos, hasta invertimos la pensión, y lo hicimos con total tranquilidad, pues la Dian estaba enterada de todo”.
Otro hombre contó: “Yo tenía invertidos 115 millones de pesos y mi esposa lo mismo. Yo creo que esto no era una pirámide porque no estábamos presionados a llevar a más gente. Todo llegaba a la banca colombiana, parecía todo normal”.
Ahora bien, la Supersociedades tomó la decisión de intervenir judicialmente a la compañía hasta nueva orden y se secuestraron 4.393 cabezas de ganado, las mismas que les habrían mostrado a las víctimas para caer en el negocio.