Los gritos de auxilio que escucharon miembros de la Policía Nacional en las calles de Medellín revelaron un cruel secuestro con fines extorsivos. Detrás del crimen estaría una estructura delincuencial que aún no aparece en el radar de las autoridades.
El hecho se empezó a fraguar desde el pasado 25 de diciembre cuando un comerciante recibió una llamada. Al otro lado del teléfono estaba un sujeto que se presentó como integrante “del grupo de los de la vuelta” y lo intimidó para que entregara una propiedad.
Entre tanto, le exigió que cediera un terreno ubicado en el barrio Guayabal, donde figuraba como propietario. De acuerdo con las investigaciones, el inmueble tiene un precio de cien millones de pesos. La víctima hizo caso omiso a las pretensiones del delincuente.
La historia dio un giro inesperado el pasado 12 de febrero cuando apareció el supuesto emisor de las intimidaciones. Al parecer, habría secuestrado a un empleado del comerciante para presionar a su jefe con el propósito de que entregara el terreno.
“Ante las voces de auxilio, servidores de la Policía Nacional llegaron al mencionado barrio de la capital antioqueña, donde fue capturado en flagrancia el hoy procesado”, informó la Fiscalía General de la Nación por medio un comunicado dirigido a la opinión pública.
Se trataría del señor Gustavo Adolfo Marín Muñoz, de 59 años, señalado de cometer, supuestamente, los delitos de tentativa de extorsión agravada y secuestro simple agravado. Él no aceptó los cargos, pero fue enviado a un centro carcelario.
En otras noticias judiciales, hay conmoción en el suroccidente de la capital de Antioquia por el ataque de sicariato del que fueron víctimas tres hombres. De acuerdo con el reporte de las autoridades, dos de ellos perdieron la vida y el otro está luchando para sobrevivir en medio de la gravedad.
La emergencia ocurrió en el barrio Belén la Capilla, cuando los sujetos estaban departiendo en la vía pública. En medio de la conversación, fueron sorprendidos por una persona que se movilizaba en una motocicleta, quien accionó una pistola en repetidas oportunidades.
Una vez los dejó tendidos en el suelo, se fugó. Tras la balacera, la comunidad se abalanzó sobre la calle para socorrerlos. Si bien lograron trasladarlos a un servicio de urgencias, los especialistas no pudieron salvar a dos de los pacientes por el compromiso de las lesiones.
De manera extraoficial, se conoció que las víctimas mortales serían integrantes de la banda delincuencial de Los Joaquinillos, que opera con amplio despliegue en el sur de la ciudad de Medellín. Todo indicaría que el doble crimen tendría relación con esto.
Se sospecha que ya habían mostrado el interés de salir de esas filas para reincorporarse a la legalidad, pero les arrebataron el supuesto deseo por orden de uno de los cabecillas de la estructura. Esta información está siendo investigada por la Fiscalía General de la Nación.
Además de este ataque que habría sido protagonizado por este grupo, los defensores de derechos humanos contaron que sus miembros están reclutando a jóvenes para que se unan a sus actividades ilegales de manera forzada, lo que ha generado desplazamiento.
Con base en el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de la Alcaldía distrital, entre el 1 de enero y el 16 de febrero, perdieron la vida de manera violenta 46 personas. Frente a las estadísticas del año pasado, se mantiene la misma cifra de muertes.
Los estudios adelantados por las autoridades judiciales revelan que los homicidios que han tenido lugar tienen relación con hurtos (seis casos), organizaciones delincuenciales (diez casos), convivencia (siete casos), violencia de género (un caso), violencia intrafamiliar (un caso).