La precandidata a la Alcaldía de Medellín, Liliana Rendón Roldán, aseguró que después de recorrer uno de los sectores de la capital antioqueña, pudo conocer que niños son drogados con marihuana para que duerman más y evitar que les dé hambre.
La grave denuncia la hizo en el programa ‘Nos cogió la noche’ de Cosmovisión. “Aquí es normal uno decir, es que estos niños aguantan hambre, tantas personas tienen solamente una comida al día. Yo estuve por ejemplo en la comuna 1, arriba muy arriba, y les cuento que me encontraba niños apenas levantándose a las 2:00 p.m. porque solo les dan un alimento al día”, dijo inicialmente.
Posterior a esta declaración, relató que las madres dejan a sus hijos al cuidado de otros menores. “Las mamás trabajan entonces dejan a los niños con el mayor que tiene 10 años y de ahí para abajo. También vi a una niña de 11 años en embarazo, con tres meses de gestación”, dijo.
Todo ese panorama, según Rendón, la inquietó a preguntar a la comunidad por qué los niños duermen tanto. “Un señor me dijo: ‘doctora, es que por aquí es más barata la marihuana que los huevos’. Le dije, cómo así, entonces me respondió que con la marihuana duermen los niños para que no molesten y coman”, dijo al informativo.
Rendón Roldán agregó que es la única forma que las mamás pueden trabajar, “es una de las cosas fuertes que tenemos que hacer en Medellín, y es mirar como vamos a dividir a la ciudad, siquiera en cuatro sectores, porque es que una persona que trabaje y viva en la comuna 1 y trabaje por aquí en Guayabal, no es posible”, sostuvo.
Relató que además del problema de sustancias psicoactivas en el sector, también aseguró que el tratamiento de basuras es todo un obstáculo para el buen desarrollo de la niñez.
“Los niños desde que amanecen están en la calle. Otra cosa que vi, es que juegan al lado de un basurero grandísimo, la gente ahí convive con la basura, los niños juegan con la basura”, aseveró.
Desnutrición tiene en críticas condiciones a dos niños
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, denunció que dos menores de edad se encuentran en delicado estado de salud por un cuadro de desnutrición crónica. En conversación con SEMANA, advirtió que corren el riesgo de perder la vida.
Ambos son integrantes de la comunidad indígena que asaltó las instalaciones de la administración el pasado miércoles. Después de un tire y afloje con las familias, les dieron el visto bueno a las autoridades para que los internaran en centros hospitalarios.
El hallazgo se dio en la instalación del albergue transitorio que costea la Alcaldía para la población, que se manifestó de manera violenta contra los operativos para erradicar la mendicidad en la ciudad, donde los menores de edad estarían siendo instrumentalizados.
De acuerdo con el censo de la propia comunidad que llegó desplazada por el conflicto del departamento de Chocó, son 781 habitantes los que están haciendo los reclamos. En esa lista se incluye a 350 niños, también mujeres en estado de gestación y lactancia.
En la brigada de salud se identificaron varios factores de riesgo en el proceso de alimentación, sobre todo en la población más vulnerable. Sin embargo, la situación más crítica se presentó con estos dos menores de edad con antecedentes de desnutrición.
Quintero Calle reveló que los indígenas se salieron de casillas cuando se les planteó la posibilidad de una atención hospitalaria para los dos pacientes. En medio de la discusión con las entidades del Ministerio Público, tomaron la decisión de respaldar la propuesta.
“La comunidad, cuando tratamos de llevar a los niños a hospitalización inmediata, se rebotó y no nos dejó llevarlos, y ellos estaban en riesgo de muerte inminente. Ya en las horas de la noche, la Secretaría de Salud convenció a las madres de que nos dejaran”, dijo.
Uno de ellos fue diagnosticado con neumonía y tiene un riesgo mayor, según lo comentó la administración municipal. Mientras se avanza en la concertación, está activa la comisión social para frenar la presunta vulneración de derechos que estarían enfrentando los niños.
Aunque los indígenas siguen con la molestia por frenar las actividades de mendicidad y trabajo con los menores de edad. En dado caso de que colapse la conversación, están dispuestos a volver a tomarse las instalaciones del centro administrativo de Medellín.
“Esperamos que esto termine como debe terminar: con los niños estudiando o volviendo a sus territorios. Hemos dispuesto toda la logística para que vuelvan a sus territorios o, si se quieren quedar, la condición es que no pueden pedir plata”, dijo el alcalde Quintero.