En la mañana de este sábado, 8 de junio, ocurrió una tragedia al interior de una vivienda del municipio de Envigado, ubicada en el sur del Valle de Aburrá: una pareja de esposos murieron en extraños episodios y el CTI busca armar el rompecabezas.
Sobre las 4:00 a. m., ingresó una llamada a la línea de emergencia de la Policía Metropolitana donde se reportó que un hombre estaba tendido en la habitación de juegos de una residencia con un impacto de bala en la cabeza.
Una vez las autoridades acudieron al sector, entrevistaron a un conocido del difunto, quien estaba bajo los efectos del alcohol: “Manifiesta que estaba departiendo con el occiso, salió a comprar licor y, al regresar, lo encontró muerto”, se lee en el expediente.
Este sujeto también entregó un arma de fuego de menor letalidad, tipo pistola, y las unidades judiciales emprendieron los actos urgentes para establecer qué fue lo que realmente ocurrió al interior de este inmueble.
A las 5:23 a. m., el cuadrante dio otra noticia: “Ubica el cuerpo sin vida de una femenina, esposa del primer occiso, al interior de otra habitación, tendida sobre la cama, tapada con una sábana con lago hemático”.
Son dos pistas importantes las que hoy tiene en su poder el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía: el testimonio del hombre y la pistola que hallaron dentro del inmueble, aunque ya desarrollan más actividades judiciales.
Como antecedente se tiene un segundo doble homicidio en el municipio de Envigado. El pasado 10 de abril un hombre asesinó a sus papás en una vivienda y las autoridades ya pudieron esclarecer lo sucedido.
El ente de acusación reveló las pruebas que tiene en contra del joven y aseguró que, probablemente, en la madrugada de ese miércoles, el procesado habría atacado con arma blanca a sus padres después de sostener una discusión. Los fuertes ruidos que se escucharon en la vivienda fueron determinantes para descubrir el asesinato.
Un vecino de la pareja se percató del estruendo que provenía del interior y se encargó de encender las alarmas ante las autoridades. Los uniformados acudieron al sector y, si bien tocaron las puertas, nadie respondió al llamado. Un familiar de las víctimas acudió a la zona a abrir el apartamento y la escalofriante escena quedó a la vista.
Fueron los hermanos de Cano Ospina los que lo acusaron del homicidio. Tras esta afirmación, se emprendió una redada por las calles de la subregión para ubicarlo. Una cámara de seguridad del municipio de La Estrella fue determinante: el hombre entró a un motel con drogas, allí llegaron las unidades de un cuadrante y lo detuvieron.
Inicialmente, la captura fue por el delito de tráfico de estupefacientes. Más tarde, un juez avaló la aprehensión por los presuntos asesinatos. En la audiencia de imputación de cargos, se entregaron detalles del doble crimen y se suministraron elementos probatorios que sostendrían que él habría cometido, en el mismo momento, tres delitos.
Tras analizar las labores de los detectives judiciales, se evidenció que Sebastián entró a la residencia de sus padres en avanzado estado de exaltación y, ante la negativa de ellos de facilitarle dinero, los habría agredido hasta causarles la muerte. Tras dejarlos tendidos y sin signos vitales, se escapó del sitio en un vehículo.
Pero hay un elemento desconocido: “También se estableció que el presunto agresor se habría apoderado de varias tarjetas bancarias, celulares y los documentos de identidad de su padre”. Los investigadores determinaron que este sujeto habría hecho dos transacciones por nueve millones de pesos, propiedad de sus progenitores.