Un menor de 17 años se presentó a una estación de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y afirmó que había desmembrado a un hombre en Medellín. Minutos más tarde, otra joven se acercó al sitio y reconoció su participación en el escalofriante crimen. SEMANA conoció detalles de la autoincriminación que impresiona a la ciudad.
El primer confeso buscó a los uniformados que patrullan en la comuna de Manrique y les reveló que había matado a un conocido con un arma blanca en una habitación. Al parecer, la víctima lo había citado en su residencia y, sin mediar palabra, lo habría intentado agredir, por lo que él se defendió con toda su fuerza hasta quitarle la vida.
Así quedó reseñado en una parte del expediente: “El adolescente se defiende, logra quitarle el arma cortopunzante causándole varias lesiones en el cuerpo y, posteriormente, este joven menciona que le dio miedo y desmembró el cuerpo en varias partes”. El cadáver fue acomodado en una maleta y dos costales que luego fueron abandonados en una zona lejana.
Este sujeto agregó que, en medio de la fuga, observó una cámara de seguridad en el lugar donde ocurrieron los hechos y pensó que había sido registrado, por lo que decidió entregarse a las autoridades. Cuando suministró las indicaciones del sitio donde había abandonado los restos, los patrulleros llegaron y confirmaron el hallazgo de un masculino.
Si bien él dio claridad a la Policía Nacional sobre la identidad de la víctima, el nombre no se ha revelado porque los investigadores están a la espera del dictamen de Medicina Legal. Lo que se anticipó fue que el hombre tendría entre 20 y 25 años, y tenía una relación cercana con el menor de edad que reconoció su autoría en el crimen.
Cuando se estaba adelantando la inspección judicial, apareció en la escena otra persona que informó que también había tenido relación con el asesinato. Así lo afirmó el general Óscar Lamprea, comandante de la institución en el Valle de Aburrá: “Se acerca una menor de edad, de 16 o 17 años, donde manifiesta alguna participación”.
De manera inmediata, la Fiscalía General de la Nación fue advertida de la situación y un funcionario tomó las entrevistas a los dos supuestos implicados, quienes no han sido privados de la libertad. Si bien ellos narraron cómo ocurrieron los hechos, siguen las tareas investigativas de las autoridades para reconstruir de manera autónoma la situación.
Con este asesinato, ya son 141 personas las que han muerto de manera violenta este año en Medellín. Si se compara este número con el del año pasado, hay una disminución cercana al 16 %. Estos casos están asociados a actos de intolerancia (30), grupos delincuenciales (23), hurtos (16), violencia de género (7) e intrafamiliar (3).