Un juez envió a la cárcel a alias Gogo, que estaría implicado en un escalofriante crimen que se ejecutó en la noche del pasado 17 de mayo en las aguas del río Medellín, en la jurisdicción del municipio de Copacabana.
Un fiscal advirtió que este ciudadano integraría un grupo que se encargó de arrojar a dos hombres al afluente, luego de quitarles más de dos millones de pesos. Sin embargo, él se declaró inocente de los cargos.
Al parecer, el dinero pertenecía a Kevin Alejandro Zapata, de 21 años, que fue golpeado y empujado a la corriente junto a otro ciudadano que lo acompañaba. El primero perdió la vida y el otro, milagrosamente, logró salvarse.
En el expediente emitido por el ente de acusación en las últimas horas se lee que “el cuerpo de Zapata fue recuperado un día después y presentaba hematomas en varias partes del cuerpo y rastros de barro en el esófago”.
Tras las investigaciones, las autoridades consideraron que alias Gogo tendría que responder por los presuntos delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y hurto calificado agravado.
Un juez legalizó la captura ejecutada el lunes -9 de octubre- por servidores de la Policía Nacional. Durante las audiencias, él no reconoció las acusaciones y su defensa apeló la medida de aseguramiento ante la segunda instancia.
Morgue a cielo abierto
Las aguas que cruzan por el Valle de Aburrá han arrastrado 24 cadáveres en lo que va corrido de 2023 y solo se tiene certeza de lo que ocurrió con cinco de ellos. SEMANA conoció detalles de la morgue a cielo abierto que trata de esclarecer la Fiscalía.
El más reciente hallazgo en el río Medellín estremeció a Colombia: un torso marcado con tatuajes y la cabeza de una mujer flotaron en la ciudad a plena luz del día. Medicina Legal recibió los restos humanos e intenta descifrar la identidad y las causas del fallecimiento.
Este fenómeno no es nuevo en la subregión y se ha presentado en los tiempos más sangrientos de la violencia urbana. Ante esta nueva ola, las autoridades guardan silencio frente a la opinión pública, porque no han descifrado quiénes son los responsables.
En la lista de víctimas está Julián Andrés Ramírez Yepes, torturado mientras recogía reciclaje en la calle y arrojado al afluente cuando apenas el sol estaba apareciendo. Su familia tiene sospechas de los homicidas y presume las razones por las que fue empujado al agua.
Así lo detalló su madre, Ana Yepes: “Yo vivo hace muchos años en la orilla del río Medellín y sé que tiran a las personas para limpiar las pruebas, para que no los descubran, así pasó con Andrés, aunque nosotros sí sabemos quiénes lo mataron, pero no ha pasado nada”.
No hay un consenso en el número de cadáveres que han sido rescatados este año en el río Medellín, en el recorrido que inicia en Caldas y termina en Barbosa. Mientras la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá habla de siete casos, la Fiscalía da cuenta de 23.
Si bien las investigaciones están abiertas, fuentes cercanas a estos procesos entregaron a SEMANA detalles de las indagaciones: cinco de los hallazgos fueron calificados como homicidios y los 18 restantes fueron categorizados como muertes por esclarecer.
La ruta de estudio está demarcada por dos hipótesis: la víctima se lanzó al agua por sus propios medios y habría sufrido ahogamiento, o fue asesinada y arrojada al afluente. Esta última es la que se ha identificado en los crímenes que han sido esclarecidos.