SEMANA conoció el testimonio de una de las personas que atestiguó la dolorosa escena que conmueve a Colombia: sorprendieron a un gringo junto a dos menores de edad al interior de un jacuzzi en El Poblado de Medellín. El hombre salió del país, pero la Fiscalía General de la Nación está buscando pistas para judicializarlo.

El asalto al Hotel Gotham por parte de la Policía Nacional se dio el 28 de marzo, luego de que un ciudadano encendiera las alarmas por una misteriosa relación: un estadounidense entró a un cuarto junto a dos niñas, cuyas edades no superan los 13 años. De inmediato, las unidades se desplazaron hasta el lugar.

Fuentes cercanas al caso narraron a este medio de comunicación que los uniformados recorrieron piso por piso hasta llegar al nivel quinto, donde el sujeto estaba compartiendo con las menores de edad: “Estaban en un jacuzzi, a ellas les pusieron una toalla” y él fue detenido durante doce horas consecutivas.

La habitación tenía un olor fuerte a marihuana, un par de condones usados tirados debajo de una mesa, otros preservativos los arrojaron a la basura y la tarjeta de ingreso al cuarto estaba impregnada por una sustancia rosada, lo que daría a entender que sería tusi, conocida como la cocaína rosada.

Medellin hotel Gotham | Foto: SEMANA

Otro de los elementos que cobra relevancia en el proceso es que la infraestructura del cuarto fue modificada para no llamar la atención. La persona reconoció que el detector de humo fue descolgado, “eso estaba sobre la mesa, había una botella con colillas de marihuana y moños de marihuana, olía demasiado a marihuana”.

El testigo, cuyo nombre pidió omitir por motivos de seguridad, reveló que los integrantes de la Policía Nacional no habrían acordonado la escena para avanzar en las investigaciones, al contrario, la habrían alterado: “Uno de ellos se lavó las manos en el baño y otro le preguntó que qué se sentía lavarse un cuarto de lujo”.

La cronología: paso a paso

La escena arrancó a las 9:45 p. m. del miércoles 27 de marzo, cuando Timothy Alan Livingston se acercó al primer piso del edificio en compañía de dos mujeres. Según la investigación, su propósito era llevarlas hasta su cuarto –ubicado en el quinto piso– para pasar un rato. Sin embargo, el guarda de seguridad frustró el objetivo.

SEMANA conoció que el funcionario privado les pidió el documento de identidad a estas personas, quienes vestían trajes cortos y ajustados. Ellas entregaron una cédula venezolana pero, frente a las políticas de Airbnb en este país, no se puede permitir el ingreso de alguien que no porte un pasaporte o cédula colombiana.

Él no tuvo más remedio que desalojar el lugar con sus acompañantes, pero no abandonó su objetivo: el estadounidense esperó hasta la madrugada del siguiente día, el 28 de marzo, para entrar a dos mujeres (las menores de edad), ante la ausencia del agente de seguridad que custodia el inmueble.

En una grabación de las 4:07 a. m. de ese jueves, se ve el momento exacto en el que el guarda sale del hotel, pues ya había terminado su turno. Doce minutos después, aparece en la escena el señor Livingston junto a dos niñas: sin restricciones, toman el ascensor y se dirigen a la habitación del piso quinto, donde él estaba hospedado.

A las 5:23 a. m. salieron las menores de edad del cuarto y se les vio contando billetes en el ascensor. Los mismos rostros figuraron en la pantalla antes de las 5:00 p. m. de ese jueves, el instante en el que un ciudadano las vio entrar con el extranjero al inmueble y alertó a la Policía Nacional sobre lo que podía estar sucedido.

Cerca de diez uniformados los sorprendieron en la habitación: las niñas estaban en traje de baño sobre un jacuzzi en compañía del extranjero. Tras el operativo, ellas fueron envueltas en toallas y el extranjero detenido por las autoridades, pero fue dejado en libertad doce horas después, tras no encontrar evidencias del delito.