La Fiscalía asumió las investigaciones para esclarecer lo sucedido al interior de una vivienda del barrio La Isla de Medellín, donde aparecieron sin vida dos mujeres y un hombre. Las víctimas son la madre y sus hijos, quienes eran universitarios.
Si bien, la Policía Nacional había anticipado como hipótesis un supuesto suicidio colectivo, los detectives no descartan que se trate de un posible homicidio. Se están recolectando pruebas para sustentar esa teoría.
En medio de la inspección judicial se encontraron los cadáveres en dos habitaciones diferentes, documentos de identidad, reportes de gastos funerarios y una sustancia química que habría desencadenado la tragedia.
En el primer cuarto, apareció la mamá con su hijo de 18 años, donde se alcanzaron a ver algunas manchas de sangre sobre la sábana y un vaso de agua puesto en un cajón. En la segunda pieza fue vista la hija de 21 años sobre el piso y cobijada.
Las autoridades también observaron un gato muerto sobre un mueble, un tarro blanco con tapa roja —cuyo contenido sería cianuro— y una serie de documentación personal de las víctimas, donde se incluyó el nombre de una funeraria.
En medio de los papeles se vio una carta que la madre habría escrito a puño y letra, narrando lo que deseaba que hicieran con su cuerpo: donar los órganos a la ciencia médica o cremarlo para luego desecharlo.
“Manifiesto y autorizo en vida la voluntad de donar mi cuerpo fallecido a la ciencia médica, de no ser posible la donación, manifiesto mi voluntad en vida, y autorizo ser cremada y las cenizas ser desechadas”, se lee en el texto.
Fuera de la residencia se ubicó una carta que la mamá de las víctimas redactó el 8 de septiembre. El documento se lo entregó a la novia de su hijo y le pidió que solo lo leyera en el momento en que ella lo ordenara. Así lo contó un testigo a SEMANA.
“Ella se la dio y le dijo: ‘téngame esto, que es un regalo para Juan, Juan era el hijo, guárdemelo y no lo vaya a destapar’. Cuando fuimos a mirar, era que le había dado plata y la nota”, afirmó el allegado de las víctimas, pidiendo omitir su identidad.
De manera anticipada, la mujer se excusó con ella por lo sucedido en la madrugada de este miércoles en Medellín: “Que la perdonara por lo que ella le había hecho, que le daba muchas gracias por la felicidad que le había brindado al hijo”.
A 2.298 kilómetros de distancia de Colombia, también apareció una prueba. El papá de las víctimas, quien vive en las Bahamas, recibió un confuso mensaje por medio de una aplicación de mensajería, directamente desde el número de su hijo.
“Por favor, venga muy temprano, apenas se despierte. La llave queda en el borde de la ventana, la otra llave queda en la mata para que le diga a mi papá. Busca el contacto de él y le avisa, él se tiene que hacer cargo de nosotros tres”, se indicó.
Él se preocupó por la comunicación y, de inmediato, le pidió el favor a una vecina que acudiera a la casa para descartar cualquier anomalía. Ella vio los tres cuerpos sin vida y el CTI adelantó las inspecciones judiciales.