Un fallo en segunda instancia del Tribunal de Medellín ordenó que a Sebastián López, de 23 años de edad, se le debe practicar una evaluación por medio del Instituto de Medicina Legal, para determinar con exactitud el estado de salud del joven que está pagando una condena de cuatro años y dos meses en la cárcel Bellavista de la capital de Antioquia, mientras batalla con una enfermedad dolorosa. Aunque la única solución que encuentra en su mente para alivianar la tortura que padece es la eutanasia, un juzgado abrió la posibilidad que esperaba su familia.
Cabe recordar que, la familia del joven les había pedido a los magistrados que mediaran ante el Juzgado Sexto de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Medellín la posibilidad de trasladar inmediatamente a López Arango hacia un lugar donde el trámite de su enfermedad mejore, con el fin de que pueda llevar una vida digna a pesar del diagnóstico con el que carga. Por esta situación, López se encuentra bajo observación médica en el Hospital la María de Medellín, donde además esperan que las autoridades le autoricen seguir pagando la pena en casa, en la que tendría mejores condiciones para afrontar la difícil situación de salud.
La veeduría de las personas privadas de la libertad de la capital de Antioquia celebró estas decisiones dado que podrían mejorar las condiciones del detenido porque “está en situaciones paupérrimas dentro de Bellavista. Este caso es simbólico para todas las personas que no tiene buena atención de salud en las cárceles”, afirmó el grupo.
“En segunda instancia falló el tribunal de Medellín, donde ordenaron que a este muchacho se le debía practicar una evaluación por Medicina Legal y, en esa evaluación para determinar si el estado es grave y posterior a esto definir con el Juzgado Sexto de Medellín si se le va a otorgar casa por cárcel o en detección intramural. Lo que estamos buscando es cómo se le garantiza la dignidad, la vida, la salud”, sostuvo Jorge Alberto Carmona Vélez, veedor penitencial nacional y defensor de los DD. HH. de la población privada de la libertad en el departamento de Antioquia.
En ese punto también coincide el establecimiento carcelario al relacionar que el recluso requiere cuidados durante las 24 horas de cada día de la semana, por lo que la oferta no se puede enfocar exclusivamente en él. Así lo dio a conocer la dirección de Bellavista a los reclamos de los allegados del detenido por las violaciones a sus derechos.
“Necesita cuidados permanentes, cuidados que no se le pueden brindar en este establecimiento penitenciario, ya que las auxiliares de enfermería con las que contamos no pueden ser asignadas a un solo paciente. Puede empeorar su salud”, se lee en el documento que llegó al Tribunal Superior de Medellín, luego de ser requerido.
En su historia clínica quedó registrado que requiere lavados y curaciones constantes sobre las áreas donde tiene las úlceras, además de gestionar el control del resto de las patologías que le fueron diagnosticadas. El Hospital La María es la que maneja su enfermedad. Los directivos tienen en sus manos la solicitud de su eutanasia.
Aunque sobre este último punto los magistrados no tomaron partido, le exigieron al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses que, en el término no mayor a doce horas, lleve a cabo una valoración médico-legal a López Arango que servirá de prueba para definir el nuevo sitio de su reclusión, todo indica que sería su casa.
La situación de Sebastián se suma a miles de personas privadas de la libertad que sufren el calvario de las enfermedades, unas más graves que otras, pero con algo en común: las deficiencias de atención para esta población viven en la mayoría de las cárceles del país bajo el hacinamiento y las precarias condiciones de estos espacios.