No para el rechazo mundial por lo acontecido en Venezuela este domingo: el CNE presentó a Nicolás Maduro como el ganador de las elecciones presidenciales, pese a los duros cuestionamientos por la legalidad del escrutinio. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, sugirió que se reconozca a Edmundo González como ganador.
Según las pruebas presentadas por la oposición del vecino país, la mayoría de los votos se los llevó González y el régimen de izquierda habría manipulado los números a su favor. Este escenario ha desencadenado una ola de críticas en todo el planeta, mientras en ese territorio se viven horas de angustia por lo que pueda ocurrir.
El presidente Gustavo Petro no se ha referido en público a lo sucedido y Gutiérrez aseguró que eso lo convertiría en un cómplice: “Maduro se robó las elecciones. Eso está más que claro. Lo que yo no entiendo es cómo, a estas alturas, no está claro para el Gobierno nacional. (…). Un largo silencio cómplice”.
A su juicio, esto es lo que debería decir el Ejecutivo colombiano: “Rechazar de manera clara cómo se robaron las elecciones. No solo rechazar, reconocer como el presidente legítimo de los venezolanos a Edmundo (González) y reconocer el gran liderazgo de María Corina Machado y del pueblo venezolano”.
Y agregó en su intervención: “No hay Maduro que no se pudra ni cabello que no se caiga. Más que robarle las elecciones a un partido político, le robaron las elecciones al pueblo venezolano. Es muy triste cuando uno siente la esperanza que tienen tantos venezolanos que tuvieron que huir de la dictadura”.
Los venezolanos hoy ocupan el 10 % de la población en Medellín y se prevé que, tras los resultados electorales, el flujo migratorio pueda aumentar con los días. No solo para la ciudad, también para el resto del departamento y otras regiones del país que comparten frontera con el vecino país.
El gobernador Andrés Julián Rendón mostró preocupación por esta situación: “Es necesario atender con acciones inmediatas que permitan el control de estos nuevos flujos mixtos en nuestro país, retomar el control territorial por parte del Gobierno y desplegar la atención humanitaria de carácter urgente”.
Según las proyecciones, la lupa debería estar puesta sobre la subregión del Urabá, punto de llegada de cientos de personas que persiguen el sueño americano. Desde allí se embarcan hacia la Selva del Darién, la caminan hasta por cuatro días a cielo abierto y llegan a Panamá, donde empiezan una travesía hacia Norteamérica.