La Policía Nacional confirmó el homicidio de un hombre que se sometió al proceso de paz firmado por el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Farc. El crimen tuvo lugar en el departamento de Antioquia y las autoridades buscan a los responsables del hecho violento.
La víctima fue identificada como William Ferney Jiménez. De acuerdo con la información que entregó a las autoridades su compañera sentimental, él se encontraba en la vereda Zabaleta del municipio de Mutatá cuando le lanzaron una ráfaga de balas.
Los agresores no fueron identificados por las personas que estaban en el sector dado que eran extraños en el territorio. Lo único que se sabe es que llegaron directamente al sitio donde estaba el excombatiente y le dispararon sin mediar una sola palabra.
A pesar de las maniobras de los campesinos por salvarlo, murió en la tarde del 7 de diciembre. El asesinato se dio a conocer un día después, cuando sus allegados pudieron trasladar el cuerpo sin vida hacia la zona urbana de esta localidad del Urabá antioqueño.
El Partido Comunes informó que Jiménez adelantó su proceso de reincorporación en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación de Llano Grande, ubicado en el municipio de Dabeiba. En ese sector del departamento entregó las armas y retornó a la vida civil.
Desde que se oficializó el Acuerdo de Paz en Colombia, en esta región del país han perdido violentamente la vida cerca de 34 excombatientes. Las organizaciones armadas al margen de la ley son las principales sospechosas de estos ataques contra los firmantes.
“Nos vemos enlutados por el homicidio número 34 de una persona en proceso de reincorporación en el departamento de Antioquia, sumando a la penosa cifra de 347 asesinatos a nivel nacional y viviendo un verdadero exterminio”, dijo el Partido Comunes.
Frente a este panorama, los reincorporados le pidieron a la sociedad colombiana que se movilice a favor de la construcción de paz y a los actores armados que delinquen en esta zona que den por terminadas las hostilidades que agudizan el orden público.
Mientras que se le exigió al Estado colombiano para que refuerce las estrategias para fortalecer la seguridad de cada una de las personas que está construyendo paz en el país, tal como lo han pedido insistentemente las entidades del Ministerio Público.
“Siempre seremos enfáticos en que nunca normalizaremos la muerte y no dejaremos de trabajar hasta tanto tengamos un país en paz y con justicia social, donde este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir”, afirmó el partido político en un comunicado de prensa.
Tal como se referenció anteriormente, este no es el primer homicidio contra un firmante en Antioquia. Con base en las estadísticas del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en lo que va corrido de este año han fallecido violentamente cinco personas.
Los crímenes han tenido lugar en los municipios de Ituango, Bello, Campamento, Urrao y Mutatá, sectores del departamento donde hay fuerte presencia de organizaciones al margen de la ley. En la lista está el Clan del Golfo, ELN y disidencias de las Farc.
El caso más reciente ocurrió en Ituango. Arley de Jesús Graciano fue asesinado por presuntos integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como se hace llamar el Clan del Golfo, por una supuesta colaboración que tendría con otro grupo armado.
Todos los casos están siendo investigados por la Fiscalía General de la Nación, la cual maneja como hipótesis principal la injerencia de las organizaciones delincuenciales en los homicidios de los excombatientes, principalmente al grupo que comandó alias Otoniel.