Medellín no sale del asombro por la muerte de tres personas al interior de una vivienda del barrio La Isla. Aunque la Policía Nacional había anticipado que el hecho estaría relacionado con un supuesto suicidio colectivo, los familiares de las víctimas indican que se trataría de un doble asesinato y un solo suicidio.
Los fallecidos son Diana Lorena Vélez y sus dos hijos, María Camila Hincapié y Juan Carlos Hincapié. Los jóvenes, de 21 y 18 años, eran universitarios y se destacaban por su buen rendimiento académico. Mientras que la mamá se presentaba como funcionaria de Buen Comienzo, pero la Alcaldía no la tiene en sus registros.
Hasta hace dos años, el hogar estaba compuesto por cuatro integrantes: papá, madre e hijos. Para ofrecerles una mejor calidad de vida, el padre tomó la decisión de abandonar el país y trabajar en las Bahamas. Por cuestiones desconocidas, él cortó la relación sentimental que tenía con Diana Lorena y todo cambió en la casa.
“El papá se fue a trabajar en otro país, y las cosas de lejos se van dañando. A ella le dio muy duro la separación. Estuvo hospitalizada en una casa de reposo, le encontraron una enfermedad psiquiátrica”, afirmó el allegado en SEMANA, con el compromiso de no revelar su identidad por asuntos personales.
Los últimos reportes
La última vez que los vecinos vieron con vida a Diana Lorena fue en la noche del martes, cuando abrió la puerta de su casa para tirar la basura. Mientras que Juan Carlos, también en la noche, le reportó a su novia por medio del teléfono que, inexplicablemente, su mamá estaba buscando los papeles de la funeraria.
En la madrugada del miércoles, el papá de las víctimas recibió un mensaje desde el celular de su hijo: “Por favor, venga muy temprano, apenas se despierte. La llave queda en el borde de la ventana, la otra llave queda en la mata para que le diga a mi papá. Busca el contacto de él y le avisa, él se tiene que hacer cargo de nosotros tres”.
Sobre las 5:30 a. m., el hombre se preocupó por la comunicación y le pidió a una vecina que fuera a verificar qué estaba pasando en el hogar. Ella abrió la puerta y encontró la macabra escena. Según el testimonio que reposa en la Fiscalía, la mujer vio los cadáveres en dos habitaciones y no tenían marcas violentas.
María Camila Hincapié estaba encerrada en un cuarto, tendida en el piso y cobijada. Juan Carlos Hincapié y su mamá estaban en la cama, donde se alcanzaron a percibir unas manchas de sangre, un vaso de agua puesto sobre un cajón y un gato muerto en el mueble. En medio de la inspección, las autoridades hallaron un tarro blanco con aparente cianuro, documentos de identidad y los papeles de la funeraria.
Las pistas
Sobre la mesa hay un episodio importante. El 8 de septiembre, la mamá de las víctimas se acercó a la novia de su hijo a entregarle un paquete con la promesa de que solo lo podía abrir cuando ella le diera la orden. La joven le cumplió la palabra y, en medio de la tragedia, descubrió lo que escondía la bolsa.
“Ella se la dio y le dijo: ‘Téngame esto, que es un regalo para Juan, guárdemelo y no lo vaya a destapar’. Cuando fuimos a mirar era que le había dado plata y la nota, que la perdonara por lo que ella le había hecho, que le daba muchas gracias por la felicidad que le había brindado al hijo”, comentó la fuente a SEMANA.
Además de este documento, se conoció otra carta en que la mujer expresó la disposición final: “Manifiesto y autorizo en vida la voluntad de donar mi cuerpo fallecido a la ciencia médica, de no ser posible la donación, manifiesto mi voluntad en vida y autorizo ser cremada y las cenizas ser desechadas”, se lee en el texto.
Todo el material probatorio está en manos de la Fiscalía General de la Nación y los cadáveres permanecen en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la ciudad de Medellín. La familia sospecha que se trataría de un asesinato protagonizado por la madre, pero la justicia tendrá la última palabra.