La Gobernación de Antioquia les salió al paso a unas declaraciones del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, sobre los desmanes registrados este miércoles 15 de febrero en la plazoleta de La Alpujarra cuando manifestantes ingresaron a la fuerza en medio de las manifestaciones contra las reformas del presidente Gustavo Petro.
Pasado el mediodía, Quintero aseguró en sus redes sociales que “ante la violencia ejercida por uribistas contra ciudadanos y funcionarios de la Alcaldía y la Gobernación, he pedido al Esmad desalojarlos de la plazoleta de La Alpujarra”.
Cabe recordar que en el Centro Administrativo La Alpujarra, contiguo a la plaza, están ubicadas las instalaciones de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.
Las afirmaciones de Quintero no calaron bien en la Gobernación, tanto así que emitieron un comunicado para hacer varias aclaraciones.
Si bien en la misiva rechazan cualquier acto de violencia durante las manifestaciones, afirman que no tuvieron que ver con la decisión del alcalde y que ninguno de sus trabajadores ha reportado haber sido agredido por los participantes de la protesta.
“La Gobernación de Antioquia no fue informada ni participó en la toma de la decisión que llevó a la intervención del Esmad dentro de la plazoleta del Centro Administrativo. Consideramos que el Esmad en particular, y la fuerza pública en general, a la cual siempre hemos respaldado, deben intervenir y actuar institucionalmente solo en la medida en que verdaderamente sea necesario”, expone el comunicado.
Y luego añade: “Hasta el momento, la Gobernación de Antioquia no ha recibido ninguna queja ni denuncia acerca de que alguno de sus funcionarios o servidores haya sido agredido o atacado durante dicha movilización. Hemos solicitado a la Secretaría de Talento Humano y Desarrollo Organizacional, así como a la Oficina de Seguridad del Centro Administrativo Departamental, un detallado informe sobre posibles quejas o denuncias interpuestas por servidores durante dicha jornada”.
El pronunciamiento de la Gobernación de Antioquia cierra enviando un mensaje de solidaridad a los ciudadanos y servidores públicos “de cualquier institución” que fueron agredidos en la jornada de manifestaciones.
Agredieron a precandidato a la Alcaldía
Este miércoles se adelantaron jornadas de protesta en contra del Gobierno del presidente Gustavo Petro en varias ciudades del país. Aunque transcurrieron con normalidad y de manera pacífica, Medellín fue la excepción por cuenta de la denuncia que hizo el precandidato a la Alcaldía de esa ciudad Juan Carlos Upegui, quien es conocido en la ciudad como el preferido por Quintero para reemplazarlo.
Por medio de sus redes sociales, el precandidato, quien fue secretario de la No Violencia en la Alcaldía de Medellín, denunció que fue agredido en la marcha de la oposición sobre las 11:00 a. m. cuando estaba entregando flores en el Parque de San Antonio. Según el relato, la jornada que estaba adelantando tenía como finalidad dialogar con la comunidad, pero cuando inició la movilización de la oposición, cientos de personas se abalanzaron agrediéndolo a él y a su equipo, destruyeron la paloma de la paz y obligaron a los organismos de derechos humanos a intervenir para proteger su vida.
“Compartí un mensaje de paz, entregué flores, algunas personas las recibieron de forma amistosa; sin embargo, desde las tarimas de la marcha se incitó a agredirme físicamente. Destruyeron completamente la paloma de la paz, un símbolo con el que he venido recorriendo el país para enviar un mensaje de que es el tiempo de la reconciliación”, dijo.
Upegui, el candidato de Daniel Quintero, aseguró que estos hechos de intolerancia no se pueden repetir en un país donde hay democracia y cada colombiano puede expresarse libremente. “La diferencia no puede ser tomada como enemistad, sino que es tiempo de la reconciliación, de transformar la sociedad para que sea más tolerante, pacífica y justa”, dijo el precandidato.
Incluso, contó que en medio de la situación intentó entablar un canal de diálogo con quienes estaban participando en la movilización, pero que fue imposible hacerlo ante “la agresividad, odio y amenazas por parte del uribismo”.