Este jueves se retomó la negociación entre el Gobierno nacional y los mineros del Bajo Cauca antioqueño para buscarle una salida al paro que paralizó a doce municipios de este departamento. Ninguno quiere cruzar las líneas rojas, la conversación se suspendió y la manifestación continuará.
El encuentro se realizó en las instalaciones del Ministerio del Interior en la ciudad de Bogotá, luego de que Alfonso Prada sorprendiera al comité organizador de la protesta con una comunicación invitándolos nuevamente al diálogo, en el momento en que se estaba reactivando el alboroto.
Además de él, los representantes del presidente Gustavo Petro fueron Susana Muhamad, ministra de Ambiente; Irene Vélez, ministra de Minas y Energía; Danilo Rueda, alto comisionado para la paz; y un grupo de viceministros. Mientras que de la subregión fueron doce personas.
Se conocen pocos detalles del encuentro. Lo cierto es que los voceros del movimiento del paro grabaron un video informándoles a sus colegas que el diálogo se frenaba hasta nueva orden. Ellos retornarán al municipio de Caucasia y esperarán la posición del ejecutivo frente a la situación.
La vocería la tomó el señor Saúl Bedoya: “Estamos aquí y emprendemos de nuevo a casa. Hasta ahora, no ha habido un oportuno acuerdo. Los diálogos siguen de manera parcializada, han sido interrumpidos, han sido suspendidos. Seguimos donde estamos”. Pero quieren volver a la mesa.
Las autoridades están dispuestas a escucharlos bajo el ultimátum de no protagonizar más hechos que alteren el orden público. Así se ha cumplido. En las últimas 72 horas, ha bajado el índice de la violencia. En medio de la incertidumbre, la calma se ha tomado los doce municipios afectados.
Las 300 mil personas que estuvieron confinadas han vuelto a salir a las calles, los vehículos de carga pesada han rodado por la troncal de la costa atlántica y ya hay suficientes alimentos, pero el precio está por las nubes a raíz de la coyuntura. Aunque el temor todavía persiste en la gente.
Por ejemplo, los estudiantes siguen sin ir a los colegios. Por disposición de la Secretaría de Educación de Antioquia, deben realizar trabajos en casa y usar la virtualidad para comunicarse con los docentes. Las garantías de seguridad no están dadas para retornar a las instituciones públicas.
En las últimas horas, el mandatario regional, Aníbal Gaviria Correa, reiteró su tesis sobre las manos oscuras que están detrás de la movilización: “Ante los gobernadores del país reiteramos que los que ha pasado en el Bajo Cauca y nordeste es una falsificación de la protesta ciudadana”.
Con su dedo sigue señalando a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia como financiadores de los actos vandálicos. Al parecer, les estarían pagando a jóvenes hasta 70 mil pesos para que protagonizaran escenas violentas contra la Fuerza Pública, la propiedad privada e instituciones.
Lo más crítico fue la obstrucción de las carreteras. El Ejército Nacional y la Policía retomaron el control de la situación, pero las amenazas siguen sobre el tablero. No se descartan nuevas afectaciones a la seguridad. Con múltiples caravanas les dan tranquilidad a los conductores.
Tal como lo manifestó en el pasado, Gaviria le recordó al país que los habitantes han estado sometidos a las leyes de algunos ilegales: “El bloqueo de vías es tremendamente violento, pues vulnera los derechos de miles de ciudadanos. El rechazo a estas acciones debe ser contundente”.
Para hacerles contrapeso, las Fuerzas Militares reforzaron su presencia en los doce municipios impactados con el paro de mineros. Vale la pena aclarar que el comité organizador desconoció los actos de vandalismo que protagonizó, según información de inteligencia militar, tres subestructuras Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), ubicadas en Antioquia, Córdoba y Bolívar.