Una de las crías de los hipopótamos que trajo Pablo Escobar a Colombia fue visto en una quebrada del Magdalena Medio antioqueño. El animal navegó con tranquilidad, mientras los turistas grababan de cerca su aparición con asombro, pese al riesgo que representa.
Al parecer, la escena se dio en el corregimiento de Doradal donde el narcotraficante instaló un excéntrico zoológico y que hoy tiene en apuros a las autoridades ambientales por la multiplicación de las especies.
El mamífero circuló por el agua sin mostrar signos de alteración y desde un puente los testigos siguieron el recorrido. Otros se arriesgaron a verlo con menos distancia. Se desconoce si estaba bajo el cuidado de la Hacienda Nápoles o hace parte de los que deambulan sin freno.
Lo cierto es que no es la primera vez que se observa a los hipopótamos patrullando las zonas comunes de la subregión. Los expertos aseguran que es un riesgo inminente para los humanos. Un ataque puede llegar a ser mortal.
“Son un peligro, no solo para biodiversidad del sector, sino también para las personas que viven en la zona, porque son animales impredecibles y extremadamente peligrosos que, en cualquier momento, pueden atacar a una persona debido al comportamiento errático que exhiben”, dijo el jefe de la oficina de Gestión de la Biodiversidad de Cornare, David Echeverri López.
Incluso, si se sienten amenazados, pueden llegar a matar a una persona. En Colombia, de momento, no se tiene el registro de alguien que haya muerto por el ataque de un hipopótamo, aunque sí han lanzado mordiscos en el Magdalena Medio.
Y es que el Arca de Noé que patrocinó Pablo Escobar sigue causando estragos en Antioquia. En la década de 1980 importó ilegalmente especies de animales exóticos para ser tenidos como mascotas en un zoológico privado en Puerto Triunfo: embarcó a cuatro hipopótamos que se han expandido sin límites. Hoy se sospecha que en el Magdalena Medio circulan 200.
Estudios científicos han insistido en que su presencia es un riesgo para los humanos. En África, su tierra natal, protagonizan 500 muertes cada año. En Colombia han estado involucrados en accidentes que no han sido mortales. Un hombre que recibió mordiscos quedó con problemas mentales y, recientemente, uno de estos gigantes animales colisionó contra un carro. En este caso, el hipopótamo murió, mientras que los ocupantes del vehículo quedaron heridos.
Este mamífero, declarado como especie invasora en 2022, circula sin freno en varios municipios donde encuentra alta disponibilidad de alimentos y cuerpos de agua todo el tiempo, escenario con el que no cuentan en su lugar de origen por las variaciones climáticas. Ahí está la primera explicación de su permanencia, según un análisis del Ministerio de Ambiente.
En dado caso de que no se controle la reproducción, la población podría aumentar a 1.000 en los próximos 12 años. Las ideas para erradicarlos han sido frustradas. Un juzgado pidió acabar con la caza, luego de que se autorizara el sacrificio de Pepe en 2009, y la plata no alcanza para costear la esterilización de cada uno, que suman hasta 20 millones de pesos.
La Gobernación de Antioquia quiere enviar a 70 hipopótamos a varios rincones del mundo para reducir la presión. La operación logística para India y México está avaluada en 3,5 millones de dólares, dado que los traslados serían aéreos. El dinero lo suministrarían privados y solo falta el visto bueno del Gobierno nacional para montarlos en los aviones.
Esta iniciativa no es del agrado del Ministerio de Ambiente porque la dificultad que tiene Colombia podría repetirse en otros lugares. En esa cartera se le puso freno al viaje y causó molestia en el departamento. Mientras el mandatario regional, Aníbal Gaviria Correa, pidió acelerar el proceso, en Bogotá le sugirieron tener paciencia porque la situación no es fácil.