Organizaciones que defienden los derechos humanos en este departamento se pronunciaron porque las balas no han parado de sonar en la zona rural de los municipios de Toledo y Sabanalarga y sus emisores serían brazos integrantes de las disidencias.

El terreno es el tema que estaría enfrentando hasta la muerte a los frentes 5 y 18, cuyos miembros atemorizan a las comunidades en medio del anuncio de silenciar las pistolas durante las celebraciones del fin de año como muestra de paz. Los estruendos se estarían sintieron con mayor intensidad en el Cañón de la Santa María, en la vereda La Loma.

Ese punto de la región es importante para los delincuentes porque conecta a los pueblos de Ituango, Peque, Buriticá, San Andrés de Cuerquia y San José de la Montaña. Este escenario también estaría en disputa con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ―bautizados como Clan del Golfo―, aunque el control estaría bajo las disidencias de las Farc.

Así reportó la tensa situación la Red de Organizaciones Sociales y Campesinas del Norte y Bajo Cauca de Antioquia: “anoche, entre Toledo y Sabanalarga, se produjo un enfrentamiento entre dos disidencias de las Farc que dejó como resultado dos combatientes muertos. Se enfrenta el frente 5 y un grupo que recién llegaba”.

En imágenes que circulan ampliamente en las redes sociales quedó en evidencia la matanza. Los cadáveres estaban marcados con signos de violencia. Ellos fueron identificados como Wilson Andrés Pérez Amariles de 23 años y Diego Alberto Pérez Amariles de 19 años, quienes estarían enfilados en el frente número cinco.

La información que recopilaron los líderes del territorio muestra que hay una gran diferencia entre las dos disidencias, situación que no estaba en el radar en esta región de Antioquia desde que se firmó el proceso de paz en 2016 y los guerrilleros empezaron a esquivar los acuerdos que alcanzó el entonces secretariado con el Estado colombiano.

La preocupación de los defensores de los derechos humanos es que las comunidades están en la mitad de las confrontaciones armadas y, naturalmente, temen por sus vidas. Así las cosas, se están pidiendo garantías para poder habitar el territorio. Se conoció, por ejemplo, que el Ejército Nacional ha estado patrullando la zona para dar tranquilidad.

Aunque la inseguridad está desbordada. Cuando no es del lado de las disidencias de las Farc o del Ejército de Liberación Nacional (ELN), llega por el lado de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Un bus que salió del municipio de Sabanalarga con destino a Medellín fue interceptado por supuestos integrantes del Clan del Golfo.

De acuerdo con la denuncia que reposa en la Policía Nacional, los delincuentes hicieron frenar el trayecto del automotor en la tarde del 28 de diciembre, les exigieron a tres ciudadanos que descendieran y los secuestraron hasta este jueves. Casualmente, la familia que tomaron por la fuerza acababa de sepultar a los dos supuestos disidentes de las Farc.

Aunque las autoridades judiciales están tratando de armas el rompecabezas para descifrar la situación, en la subregión hay temor. La información que suministraron los testigos de esta detención ilegal señaló como responsable a las AGC, y en el sector donde ocurrió el hecho reina la subestructura Edwin Román Velásquez, bajo el mando de alias Chicharro.

Se espera que, en las próximas horas, la Policía Nacional en el departamento de Antioquia entregue detalles del caso a razón de que sus investigadores son los que facilitaron la liberación de las víctimas y están tramitando la denuncia de los allegados ante la Fiscalía General de la Nación.