La Terminal del Norte en Medellín ha sido escenario de cientos de migrantes, la mayoría venezolanos, que llegan a la ciudad con el fin de comprar un tiquete que los llevé directo a Necoclí, municipio del Urabá antioqueño, donde posteriormente tienen conexión para cruzar el peligroso Tapón del Darién. En la terminal esperan hasta diez horas para lograr comprar el tiquete por la alta demanda.
La capital antioqueña es un paso obligado para los migrantes que llegan de distintas ciudades venezolanas, muchos con niños en brazos, poca ropa y esperando en los espacios del terminal un tiquete, que por estos días han estado escasos. Sin embargo, eso no ha sido un obstaculo, con tal de llegar hasta Necoclí y luego coger una lancha que los lleve hasta Capurganá, Chocó y posteriormente comenzar el viaje hasta Panamá, atravesando la selva del Darién.
Ellos van mentalizados con el sueño americano, a pesar del calvario que les tocaría vivir para pasar la peligrosa selva del Darién, donde las autoridades han confirmado más de 100 muertos en lo transcurso de este año.
Las tres empresas de transporte terrestre que viajan hasta el Urabá antioqueño no dan abasto, o por lo menos eso es lo que se evidencia al llegar hasta el terminal. De acuerdo con la dirección de la terminal del Norte, están llegando cerca de 1200 migrantes y puede que la cifra comience en aumento en los próximos días
“Por la terminal del Norte han pasado cerca de 1200 personas, en su mayoría de nacionalidad venezolana, las empresas que viajan a Urabá han garantizado un número mayor de despachos para evitar la ilegalidad y un viaje seguro. Asimismo, hemos liderado la mesa interinstitucional de movilidad humana, en la que están las organizaciones de derechos humanos”, sostuvo Carlos Mario Patiño, vocero de la gerencia de esta terminal de transporte terrestre.
Por lo tanto, Samir Echeverry, director ejecutivo de la Asociación de Transportadores de Pasajeros de Antioquia, (ATPA), le contó a SEMANA, que le solicitaron a la Superintendencia de Transporte el permiso para utilizar buses adicionales para no retrasar los viajes de los pasajeros.
Cabe recordar que sobre esta situación que se ha vuelto recurrente, la Personería de Medellín había informado hace 8 días que cerca de 600 migrantes venezolanos estaban llegando diariamente a la terminal.
Sonia Peña, líder de Asuntos Étnicos y Migrantes de la Personería de Medellín, contó que han estado realizando sensibilizaciones, campañas para concientizar a las personas de los riesgos que corren en su travesía a Norteamérica.
“La administración municipal se ha visto con limitaciones para la oferta institucional, por el aumento de los migrantes, es el caso de auxilio en salud, auxilio habitacional, entre otros”, dijo Peña.
Cabe recordar que, en el año 2021, el municipio de Necoclí, en el Urabá antioqueño, estuvo con cerca de 20.000 mil migrantes, en su mayoría haitianos, con el mismo fin de cruzar esta peligrosa selva. Esa situación generó una bomba de tiempo en este municipio por la falta de atención en servicios básicos para esa población.
Precisamente sobre esta situación, el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, y su homólogo de Panamá, Eduardo Leblanc, se reunieron para hacerle seguimiento a esta situación migratoria en la zona del Urabá-Darién dado que se han venido registrando graves vulneraciones a los derechos humanos de las personas que atraviesan esa región con rumbo al norte del continente.
El Tapón del Darién es una trampa mortal, coincidieron en señalar los Defensores de Colombia y Panamá, al advertir los graves peligros que deben enfrentar los migrantes, no solo por las difíciles condiciones y los peligros de la selva, sino por las acciones de los grupos armados y organizaciones criminales a los dos lados de la frontera.
Como prueba de ello se registran frecuentes casos de personas desaparecidas o muertas en ese recorrido, el último caso fue el lamentable homicidio de una niña de 6 años. Ante este escenario, las dos defensorías trabajan en la construcción de una alerta temprana binacional, con el fin de que con la institucionalidad de los Estados puedan articular acciones para reducir los riesgos de la población en tránsito.
“Ha pasado un año desde cuando alertamos sobre la situación humanitaria en el Darién por el paso masivo de ciudadanos haitianos. Hoy estamos asistiendo a una crisis humanitaria de dimensiones más graves, en su mayoría de migrantes venezolanos quienes viajan en condiciones de precariedad económica y de mayor vulnerabilidad”, destacó el Defensor del Pueblo de Colombia.