Si el megaproyecto de Hidroituango no enciende las dos primeras turbinas de generación de energía antes de finalizar el mes de noviembre, se prolongaría el riesgo que hay en la hidroeléctrica, que promete aportar el 17 % de la demanda nacional, así lo alertó el Sindicato de Profesionales de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y UNE.

La afirmación se originó ante la incertidumbre que hay por la fecha en la que entraría en operación la central hidráulica que está ubicada sobre el río Cauca, en Antioquia. De momento, EPM no ha definido el día en el que se prenderán los equipos de fluidos para empezar a distribuir los servicios.

Sin embargo, el alcalde de Medellín y presidente de la junta directiva de la compañía antioqueña, Daniel Quintero Calle, anunció que el 30 de noviembre está marcado dentro del cronograma como un día importante. Pero las posibilidades de operación no están claras, a pesar de que hay varias amenazas sobre la mesa.

La más importante es la estabilidad de la infraestructura física, dado que se pondría en peligro algunas estructuras de la obra y el vertedero, porque están trabajando continuamente desde hace casi cuatro años sin haber sido diseñados para hacerlo de esa manera.

El otro riesgo son las multas. En dado caso que las dos turbinas no se enciendan antes de iniciar diciembre, EPM debería asumir el pago millonario de sanciones impuestas por la Comisión de Regulación de Energía y Gas por irregularidades en la venta de energía en el mercado mayorista por parte de Hidroituango.

Si bien las advertencias están en el radar de los contratistas, Daniel Quintero Calle señaló que no pondrá en riesgo la construcción del megaproyecto para acelerar la operación. Al contrario, caminará despacio para analizar los peligros y poder entregar en buenas condiciones la hidroeléctrica que estará activa por 100 años.

“Tenemos el 30 de noviembre como una fecha muy importante, porque o si no habría sanciones. ¿Qué es mejor? ¿Pagar una sanción en el caso en que sea necesaria o que la represa, otra vez por el acelere de los políticos y bajarles calidad a los materiales, (esté en riesgo)? Nosotros hemos escogido el camino de la seguridad”, comentó el alcalde de Medellín.

A juicio del Sindicato de Profesionales de EPM, si en 2023 el proyecto no tiene en operación tres o cuatro unidades de generación de energía y ante la alta probabilidad de que se presente un fenómeno del Niño fuerte entre 2023 y 2024, el país podría enfrentarse a un apagón de grandes proporciones.

Es decir, “pondría en riesgo la seguridad energética nacional ante un eventual desabastecimiento y la posibilidad, además, de aumento de las tarifas de energía eléctrica en todas las regiones de Colombia. Una decisión de parar o retrasar supondría mayores costos para EPM”, detalló el Sindicato.

Ahora bien, el megaproyecto de Hidroituango se encenderá este martes en una prueba sin agua para evaluar la estabilidad de la hidroeléctrica. El éxito del simulacro definirá el futuro de la obra.

Si bien, por esta época, deberían estar operando las dos primeras turbinas de generación de energía, apenas se van a probar dado que las obras civiles no están concluidas ni las condiciones de seguridad están dadas.

Daniel Quintero Calle anunció que las turbinas deberán superar dos pruebas trascendentales para definir la nueva fecha de la inauguración. El primer examen será en seco y el segundo con agua.

El seco dispondrá de todos los equipos especializados con el fin de determinar que todas las fichas de Hidroituango estén ajustadas para generar energía. Superada esta etapa, los aparatos se llenarán con el agua para garantizar la operación durante un siglo.