Hay una lluvia de críticas para las Empresas Públicas de Medellín (EPM) luego de que se conociera el cambio que formuló en los requisitos de la licitación que busca concluir las obras en Hidroituango. Así lo compartió la compañía paisa el pasado 26 de agosto a la Superintendencia Financiera y el 28 lo anunció en un medio de circulación regional.

Faltando 50 días para cerrar la recepción de las propuestas que anuncian la hoja de ruta para poner en marcha las últimas cuatro turbinas de generación de energía, salieron dos cambios sustanciales en el pliego de exigencias: hay flexibilidades en la adquisición del seguro que cubre todos los riesgos y en la experiencia del aspirante.

También abrió el espacio para que más participantes se pudieran sumar al proceso de solicitud pública: entre el 29 y 31 de agosto los interesados podían adquirir el derecho por un valor de cuatro millones de pesos. Al igual que el resto de los partícipes que están en la lucha desde el 10 de marzo, el 14 de octubre tienen que entregar las ofertas.

Aunque EPM aseguró que esta decisión busca otorgarle pluralidad a la licitación, el director de la Cámara Colombiana de la Infraestructura en Antioquia, José Fernando Villegas, respondió que las modificaciones recientes le quitan rigurosidad a la planeación y desventaja para los oferentes que se subieron al bus en los últimos días.

Los argumentos de la agremiación sostienen que las determinaciones tomadas por las Empresas Públicas de Medellín no son lógicas porque sobre unos oferentes pesan más posibilidades que frente a los otros: en 44 días tendrían que armar un paquete que los restantes tienen en construcción desde el segundo trimestre del año.

“Obviamente no encontraron interesados, ninguna empresa va a pretender hacer un estudio de semejante complejidad en tampoco tiempo. De manera que uno no entiende el porqué el aviso con un plazo que, abiertamente, el mercado no lo va a aceptar. Esto no había pasado con EPM”, anunció José Fernando Villegas.

De igual manera, comentó que en la Cámara Colombiana de Infraestructura no encuentran elementos para entender las razones por las que bajaron los criterios de selección, faltando menos de siete semanas para iniciar el proceso de escogencia para culminar las obras en el megaproyecto de Hidroituango.

Si bien el 19 de agosto se dio a conocer que diez grupos económicos compraron los pliegos para conocer las reglas de juego con el fin de acaparar el millonario contrato, tres de ellas se aislaron de la iniciativa por lo que solo siete siguen firmes en el proceso, cuyo plazo para recibir las propuestas se ha ampliado en tres oportunidades.

El gerente general de EPM, Jorge Andrés Carrillo, explicó que las tres empresas se suprimieron porque no cumplieron con una visita obligatoria a Hidroituango para conocer las necesidades del proyecto. Los argumentos son un misterio. Sin embargo, se barajan tres escenarios: no cumplen indicadores financieros, falta experiencia o razones logísticas.

Mientras que el alcalde de Medellín y presidente de la junta directiva de EPM, Daniel Quintero Calle, punteó que la licitación de esta parte de la hidroeléctrica ha sido compleja por asuntos macroeconómicos: la inflación cambió los valores de los materiales y el mercado de los seguros está cada vez más difícil, aún más por el riesgo de la obra.

Ahora bien, este escenario no es crítico para Hidroituango dado que esta etapa no tiene una contrarreloj, así lo confirmó el administrador de la compañía. O sea, las últimas cuatro turbinas no están en la obligación de entrar en operación en una fecha específica para evitar multas, situación crítica que sí se mantiene sobre las cuatro primeras.

“La etapa dos no tiene obligaciones de energía en firma. Eso quiere decir que no tenemos el pie puesto en el cuello y no nos lo vamos a dejar poner. Si buen auguramos éxitos en la licitación, tenemos tiempo de reaccionar si fuera fallida, pero no creemos que fuera sí”, señaló Jorge Andrés Carrillo, quien advirtió que el trámite traerá la mejor propuesta.