Una noche de terror se vivió en el corregimiento Santa Rita del municipio de Ituango, ubicado en el norte del departamento de Antioquia. Un hostigamiento contra la fuerza pública que empezó a las siete de la noche terminó una hora y media después con la muerte de un joven.
En videos registrados en redes sociales se escuchan las balas que, inicialmente, cruzaron las unidades de la Policía con los delincuentes del Clan del Golfo. Los estruendos obligaron a cerrar el comercio y a que mil familias se encerraran en sus viviendas para no caer en medio del combate.
A través de los radios de comunicación, los uniformados que estaban laborando en la estación de Policía del corregimiento, ubicado a cinco horas de la cabecera municipal, informaron a sus superiores en Medellín que los hombres ilegales llegaron al sitio disparando sin mediar palabra.
En ese momento, las unidades del Ejército Nacional llegaron a apoyar las labores de mitigación, que cesaron a las 8:30, cuando el silencio advertía de la toma del orden público por parte de las autoridades.
Sin embargo, la emergencia no pasó en limpio. De acuerdo con el reporte de la administración municipal, un hombre que estaba descargando un vehículo fue alcanzado por una de las balas.
En lo que va corrido del año, 17 personas han sido asesinadas en el municipio de Ituango. En su mayoría, las víctimas son hombres cuyas lesiones letales han sido cometidas con armas de fuego.
De acuerdo con los defensores de derechos humanos de la subregión del norte de Antioquia, buena parte de los homicidios es protagonizada por las organizaciones delincuenciales que operan en la zona.
Por ejemplo, el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc se disputan las montañas estratégicas del municipio para traficar con el narcotráfico y la minería. Como resultado, la Fiscalía General de la Nación investiga muertes selectivas y desplazamientos.
Ahora bien, en la noche de este sábado, los ilegales también se hicieron notar con disparos en Ebéjico, en cercanías a las instalaciones de la Policía Nacional. De momento, las autoridades preparan un pronunciamiento oficial sobre las afectaciones.
¿Quién ordena las acciones terroristas?
Los grupos de inteligencia del comando de la Policía en Antioquia dieron con los presuntos responsables de las acciones terroristas que han afectado a la fuerza pública en el departamento. En el último mes, alias Richard y Silvestre habrían ordenado el homicidio de cuatro uniformados.
Los dos hombres están enfilados en el Clan del Golfo y el accionar delincuencial se remonta hace varios años cuando empezaron a empuñar un arma y hoy tienen voto dentro de la organización ilegal que tiene acorralada a las poblaciones que están ubicadas en la entrada del Urabá antioqueño.
Alias Richard es señalado por la comunidad como el jefe del brazo armado Edwin Román Velásquez del grupo que comandó hasta el año pasado alias Otoniel, hoy recluido en una cárcel de Estados Unidos. A Richard también le atribuyen la acción ilegal que terminó con la vida de siete militares en el municipio de Frontino.
“Es un delincuente que ha militado dentro de la guerrilla, ahora dentro del Clan del Golfo. Es un delincuente que viene desde sicario, manejando una parte de finanzas y ahora le entregan el manejo del componente delincuencial hacia el occidente, en el cual viene creando terror”, reveló el comandante de la Policía en Antioquia, coronel Daniel Mazo Cardona.
Las denuncias interpuestas ante las autoridades lo vinculan con el homicidio selectivo de la fuerza pública y miembros de las comunidades que resultan un obstáculo para él. De igual manera, es señalado de liderar las extorsiones y tomar el control con las armas de fuego de los bienes y las economías locales.
Mientras que alias Silvestre funge como cabecilla del Clan del Golfo en el municipio de Uramita, donde el fin de semana fue asesinado el subintendente Wilmer José Genes, comandante en cargo de la estación de Policía de esa localidad; en ese mismo hecho quedaron heridos otros dos uniformados cuando se movilizaban en la camioneta de la institución luego de recibir un llamado de la comunidad.