Un robusto grupo judicial pudo identificar los rostros de algunas personas que participaron en la violenta batalla campal entre fanáticos de Atlético Nacional e Independiente Medellín, tras el clásico paisa que se jugó en el Atanasio Girardot, que dejó dos muertos y catorce heridos. Las cámaras de seguridad del sector los pusieron en evidencia.
Así lo anunció el alcalde Daniel Quintero Calle al advertir que están avanzando en las investigaciones para poderlos detener. Además del material probatorio que se está recopilando, algunos testigos están aprovechando la recompensa de 200 millones de pesos que ofreció la administración distrital para revelar los nombres de los homicidas.
El equipo de profesionales que les está siguiendo la pista está conformado por quince policías y un fiscal especializado: “Estamos revisando todas las horas de grabación y es muy ingenuo quien pretenda hacer un ejercicio de violencia en Medellín, sabiendo que la ciudad está plagada de cámaras”, comentó el mandatario en la mañana de este 2 de mayo.
En medio de las averiguaciones, se indicó que las organizaciones criminales estarían utilizando el fútbol para delinquir y se trabaja para cerrarles el paso con un castigo ejemplar para los protagonistas de la asonada. Quintero Calle pidió la pena máxima de prisión, tanto para los responsables del hecho como a los incitadores de la riña. Al parecer, estarían bajo los efectos de las drogas.
“A ellos les espera la cárcel y no vamos a permitir que queden libres. Ojalá vayan ahorita al estadio porque ya los tenemos identificados para capturarlos de una vez. Si son tan valientes, que vayan ahorita y, si no van, también los vamos a coger”, agregó el funcionario. Sobre la mesa hay otros ultimátum para el resto de la hinchada.
En dado caso de que los encuentros deportivos no se puedan realizar en paz y el orden público se altere, no se rodará la pelota porque muchas vidas podrían estar en riesgo. Lo cierto es que el alcalde reconoció públicamente que la piedra en el zapato no son los hinchas, sino los que delincuentes que se estarían infiltrando en las diferentes barras.
“Yo estoy seguro que sí se puede jugar el fútbol en paz, el problema son los bandidos” que el mandatario los calificó como asesinos y tontos. Bajo esta premisa, sigue activo el visto bueno para que los equipos disputen en la cancha del Atanasio Girardot con sus respectivos fanáticos, pero con exigencias para mitigar los riesgos en la seguridad.
Los integrantes de esas organizaciones extremistas estarían próximos a caer. La Secretaría de Seguridad contó que las autoridades han recibido varios testimonios que incrimina a varias personas en los acontecimientos violentos. Las declaraciones han estado acompañadas de nombres y apellidos de los presuntos responsables de la alteración.
“Dentro de las investigaciones que se están adelantando por parte de las autoridades en la ciudad de Medellín, se está verificando si hubo incitadores, porque para ellos también se pedirán penas ejemplarizantes para que nunca vuelvan al estadio, sino que vayan a la cárcel”, comentó la Alcaldía por medio de un comunicado dirigido a la opinión pública.
Las víctimas mortales de este hecho fueron identificadas como Anderson Steven Jaramillo Cañaveral y Alejandro Gallego Torres. En el informe judicial se indicó que a la 1:30 de la madrugada del 30 de abril se hizo la inspección técnica de los dos cadáveres presentaban varias lesiones letales ocasionadas con armas cortopunzante y contundentes.
“Otras diez personas resultaron heridas y fueron trasladadas a un centro asistencial. Los motivos y responsables del hecho son materia de investigación”, reseñó la Secretaría de Seguridad y Convivencia. Además, informó que, en lo que va corrido de este año, 117 ciudadanos han perdido la vida de manera violenta en la capital de Antioquia.