La Arquidiócesis de Medellín entregó los nombres de los presbíteros que abusaron de menores de edad en los últimos 30 años en el Valle de Aburrá, también dio a conocer la identidad de los religiosos que están siendo procesados por presuntos casos de pederastia en la Fiscalía General de la Nación y en la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La revelación está marcada por una polémica, dado que la Iglesia católica entregó los documentos secretos a regañadientes, después de un pleito judicial que sostuvo por varios meses el arzobispo de la capital de Antioquia, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, con el periodista Juan Pablo Barrientos. La Corte Constitucional dio la palabra final.
En un archivo de cinco páginas se puso en evidencia que 36 sacerdotes han sido señalados como presuntos emisores de delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes desde 1992 hasta la fecha. Sin embargo, once casos fueron descartados en los pasillos del Vaticano porque los testigos desestimaron las acusaciones o faltaron pruebas.
Con base en el derecho canónico, 19 de los curas referenciados por la Arquidiócesis de Medellín cargan con la pena de pederastia a razón de que desde Roma se comprobó su responsabilidad en el delito: siete se quitaron la sotana luego de la resolución de la Iglesia; cinco ya cumplieron con la sanción, y los siete restantes están pagando por su conducta.
En los documentos aparecen los nombres de Wilver Acosta Grajales, Sergio Garcés Botero, Rubén Andrés Bedoya Castrillón, Roberto Antonio Cadavid Arroyabe, Próspero Enrique Arboleda Giraldo, Luis Gabriel Molina Cano, Leonardo Pérez Acevedo, Juan Diego Rodas Rojo, Juan Carlos Muriel Figueroa y José Rafael Vasco Zamudio.
Mientras que los otros cuatro restantes de la lista están siendo investigados como supuestos responsables de pederastia. En las casillas resalta Carlos Arturo Yepes Vargas, el presbítero más reconocido en el departamento por evangelizar en las pantallas de la región y acusado por tres acólitos de cometer los presuntos delitos. Él está suspendido.
Con la misma medida cautelar está cobijado Jhon Jaime Giraldo Zuluaga, procesado por presuntos delitos sexuales que habría protagonizado en 2018. Julián Darío Gómez Mejía está activo como el párroco de un templo a pesar de ser acusado de las mismas faltas entre 1995 y 1996. Y el último investigado, Mario Castrillón, predica limitadamente.
De todos los casos citados, la Arquidiócesis de Medellín remitió en los últimos 30 años solo 26 denuncias por pederastia y abuso sexual a menores a la Fiscalía General de la Nación. Aunque las alertas datan de varios años atrás, los archivos fueron compartidos sistemáticamente al ente de acusación entre 2019, 2020 y 2022.
Ahora bien, monseñor Ricardo Tobón Restrepo anunció qué ha pasado con los padres que han sido señalados y las acusaciones no fueron remitidas al despacho de los cardenales por inconsistencias en el material probatorio. De los once casos, siete tienen el cargo de párroco y uno más está en Ecuador evangelizando. Al contrario, dos están por fuera de los púlpitos y el último está en una casa por su avanzada edad.
Él mismo compartió un video como antesala a esta revelación en la que tiró dardos sobre las personas que han cuestionado duramente la labor de la Iglesia católica en la atención de las denuncias por presuntos casos de abuso sexual en Medellín, sobre todo su papel en los polémicos archivos que trató de blindar durante varios meses.
“No puedo permanecer en silencio frente a esta cadena de ataques injustos e inaceptables. Invito a la opinión pública a no dejarse confundir por quienes se empeñan en disfrazar de investigación una campaña malintencionada frente a la Iglesia”, concluyó el arzobispo de la capital de Antioquia.