Tremendo susto se llevaron más de 100 pasajeros de un vuelo que salió desde el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro hacia Ciudad de México. Se tuvo que devolver tras presentar una novedad técnica.
Según versiones de algunos de los pasajeros afectados, la aeronave salió sobre las 8:30 a. m. de este lunes y justo cuando ya iban a aterrizar en suelo mexicano, la tripulación les informó sobre fallas en uno de los motores.
Sara Restrepo, una de las pasajeras afectadas, le contó a SEMANA que, en el avión, les informaron que debían regresar de nuevo a Rionegro, porque allá era donde debían resolver la falla técnica.
“En el avión nos dijeron que nos iban a devolver ya estando en suelo mexicano. Sin embargo, cuando llegamos al aeropuerto de Rionegro, desde Migración no nos querían resolver nada, todo el mundo estaba súper furioso, gritando y pidiendo soluciones. Aunque, en el momento de que nos avisaron en el avión fue con mucha calma ante las fallas que estaba presentando el motor y que todos estábamos a salvo. Fue algo, que sin duda nos afectó a todos. Por ejemplo, muchas personas tenían otras conexiones y las perdieron, unos tenían reservas de hoteles y sobre eso nadie nos va a resolver”, sostuvo Restrepo.
Desde Viva Air, emitieron un comunicado, en el que afirmaron que la decisión fue tomada priorizando la seguridad de los pasajeros y con el objetivo de dar un soporte técnico a la aeronave, siguiendo los protocolos establecidos para estas situaciones, al ser el aeropuerto de Rionegro la base de la aerolínea para realizar este tipo de procedimientos técnicos.
“Es importante aclarar que este procedimiento, si bien toma más horas de vuelo de lo previsto, no supuso ningún riesgo para los pasajeros ni tripulantes a bordo. Desde Viva entendemos las afectaciones que esto pudo haber ocasionado, es por esto que, para trasladar a los pasajeros a su destino original, Ciudad de México, la compañía programó un vuelo posterior con hora estimada de salida para las 19:30 hora local”, agregaron en el comunicado.
Sin embargo, frente a esta situación, la Aeronáutica informó que no hubo declaratoria de emergencia, por lo que no entrarían a investigar el caso.
SEMANA reconstruye cómo fue el accidente de la avioneta en Medellín
El reloj marcó las 10:14 a. m. de este 21 de noviembre. Julián Andrés Aladino y Sergio Guevara Delgado recibieron el visto bueno de la torre de control del aeropuerto Olaya Herrera de Medellín para volar hacia Chocó con seis pasajeros. En ese momento inició una tragedia que hoy lamenta el país: ocho personas murieron tras un accidente aéreo.
Antes de las diez llamaron a embarcar a las personas que compraron un tiquete en el Grupo San Germán Express con destino al municipio de Pizarro. En los asientos estaban Jorge Cantillo Martínez, Dubán Ovalle Quintero, Anthony Mosquera Blanquiceth, Pedro Pablo Serna, Melissa Pérez Cuadros y Nicolás Jiménez, este último gerente de la compañía aérea.
Todos se abrocharon el cinturón y la tripulación hizo cumplir las normas que exigen las autoridades para adelantar vuelos en Colombia. Sin embargo, en el momento en que se encendieron los motores y empezó a rodar la aeronave por la pista de la capital de Antioquia, uno de los equipos falló. El capitán alcanzó a alertar sobre la afectación.
En la torre de control recibieron un mensaje cifrado en códigos que traducían una declaratoria de emergencia. El emisor de las palabras fue Julián Andrés Aladino. De inmediato se activaron los protocolos al interior del aeropuerto para despejarle la terminal a razón de que era inminente su regreso. Todos los equipos estaban listos para recibir la aeronave en la pista.
El gerente del Olaya Herrera, Jorge Hugo Duarte Guzmán, detalló que el control del tránsito aéreo encendió las alarmas al tiempo, a pesar de que la emergencia se reportó por fuera de las instalaciones de la terminal porque la avioneta ya estaba en movimiento. No obstante, los radares operaciones alcanzaron a llegar hasta el barrio Belén Rosales.
“Inmediatamente, le informa a todo el sistema de emergencia del aeropuerto. Principalmente, a nuestro centro coordinador de operaciones aeroportuarias, que es algo parecido al 123 de una ciudad. En ese momento se despliega toda la atención de la emergencia y, como fue por fuera, nuestros bomberos aeronáuticos salieron a atender”, detalló el funcionario.
Aunque las investigaciones del incidente serán asumidas por la Aeronáutica Civil, se conoció que el piloto no contó con las herramientas ni el tiempo suficiente para mantenerse en el aire. Los vecinos del barrio Belén Rosales se comunicaron a través de la línea 123 donde dieron cuenta de que una avioneta se había caído sobre una zona residencial de Medellín.
No pasó ni un minuto entre el mensaje de alerta que emitió el piloto Julián Andrés Aladino y el estruendo que causó la caída, así lo reconoció el gerente del aeropuerto Olaya Herrera en entrevista con SEMANA: “Le voy a ser muy claro con esa información. La aeronave despegó a las 10:14 y a las 10:14 se despegó, eso fue inmediato, pasaron muy pocos segundos” (sic).