A las 6:00 a. m. de este domingo, 10 de julio, las cámaras térmicas del Valle de Aburrá mostraron que en el cerro Quitasol del municipio de Bello, Antioquia, ya no había puntos de calor tras el voraz incendio que inició en la tarde del sábado.

Más de 60 unidades de socorro acudieron a las montañas del norte del Área Metropolitana cuando una cortina de humo advirtió que el bosque estaba siendo consumido por el fuego que, misteriosamente, se alzó hacia el mediodía.

A través de las redes sociales, los vecinos del sector empezaron a registrar la emergencia con videos que mostraban la dimensión del incendio: las llamas se podían observar entre los árboles, mientras que el vapor invadía las nubes con tonos grises.

De acuerdo con el reporte de la Alcaldía de Bello, los radares de vigilancia ambiental confirmaron varios puntos de calor que daban cuenta de la conflagración que habría sido provocada por una persona, según los primeros indicios de las investigaciones.

En ese momento, varias entidades acudieron a la zona para reducir el incendio con cortafuegos, pues hasta el sitio no pudieron subir las máquinas que normalmente se utilizan para reducir las llamas.

En el frente de respuesta estaba el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bello, la Defensa Civil, los hombres del Ejército Nacional y un grupo de voluntarios de los guardabosques de la zona.

Hasta las 7:00 p. m. del sábado, el reporte de las autoridades indició que el 70 % del incendio había sido controlado. Por las dificultades del terreno y la poca visibilidad, suspendieron las tareas con el temor de que volviera a tomar fuerza.

Sin embargo, las fuertes precipitaciones que cayeron en la madrugada del domingo lograron mermar los calores que podrían despertar nuevamente a las llamas. En la mañana, los socorristas dieron un parte de tranquilidad al evidenciar que los calores habían desaparecido.

“Afortunadamente, las lluvias mitigaron el fuego. A las seis de la mañana de hoy, la cámara térmica no registraba puntos. Se sigue bajo vigilancia previendo de que no se levanten nuevamente un incendio”, comentó la administración municipal.

En consecuencia, al menos cincuenta hectáreas del bosque se vieron afectadas por la conflagración que, de entrada, las autoridades descartaron que hubiera sido generada por el sol, a razón de que los niveles que se registraron durante la jornada no dan para tanto.

Se espera que en los próximos días el concejo municipal de gestión del riesgo, en conjunto con la autoridad ambiental del Área Metropolitana, entreguen un balance oficial donde den cuenta de los eventos que suscitaron la emergencia.

Por otro lado, la autoridad ambiental del Urabá antioqueño impuso una medida temporal sobre el Páramo del Sol, ubicado en el municipio de Urrao, por el comportamiento irregular de las personas que visitan el ecosistema y las malas condiciones que hay en el terreno.

Con el fin de frenar las afectaciones y restaurar los daños, a partir de este 8 de julio los caminos que llevan hasta la cima de las montañas donde nacen los ríos del suroeste se cerrarán hasta el 1 de diciembre de este año.

En imágenes registradas por caminantes se observan residuos sólidos a un pie de las plantas, restos que se terminan quemando y dañando la cobertura vegetal que es trascendental para mantener con vida la extensión del páramo.

El secretario de Ambiente de Antioquia, Carlos Ignacio Uribe, llamó la atención sobre las críticas condiciones en las que se encuentra el ecosistema e incitó a las autoridades a darles celeridad a las denuncias.

“Ya lo hemos visto: la acción infortunada del hombre ha permitido un deterioro y una degradación de este ecosistema, dejando residuos, impactando de manera negativa con excavaciones y con uso indebido del páramo”, afirmó el funcionario.

Además de las huellas de los turistas, de acuerdo con las quejas de la ciudadanía, algunos privados se están aprovechando de manera ilegal de los terrenos para sacar provecho económico, mermando el aire de la fauna y flora.